Grada3
·11. Oktober 2025
¿Cómo puede frenar el Real Madrid al Barcelona? Hay una manera y Xabi Alonso ya la sabe

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·11. Oktober 2025
El 26 de octubre, el mundo del fútbol volverá a pararse. El Real Madrid y el Barcelona volverán a cruzar sus caminos. El partido más seguido del mundo tendrá su primera cita de la temporada 2025-26 en el Santiago Bernabéu, para la Jornada 10 de LaLiga. El líder contra el segundo. Un choque muy esperado, aunque repleto de incógnitas. El año pasado, Carlo Ancelotti perdió sus cuatro Clásicos ante el alemán. Xabi Alonso quiere entrar con buen pie y busca olvidar la debacle del Derbi. Pero, ¿cómo se para a este Barça? Pues, justo antes del parón, el cuadro culé fue cayó dos veces consecutivas –sus únicas derrotas del curso–. Ante esos dos equipos, algunos factores se repetían.
Uno de los equipos que tiene esta solución es el Sevilla. Concretamente, Matías Almeyda. El pasado 5 de octubre, el cuadro sevillista arrolló al Barcelona en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Una demostración total por parte de los andaluces, quienes derrotaron por 4-1 a los culés. Su primera victoria en Liga ante los catalanes desde el año 2015. El técnico argentino fue fiel a su estilo: presión y atreverse en las transiciones ofensivas. Ser veloz. Y no falló. Consiguió ‘cascarle’ cuatro al Barça.
Y Matías Almeyda desveló sus claves para derrotar al vigente campeón de Liga. En los micrófonos de Movistar, el argentino fue contundente: «El 98% de todos los equipos que esperaron atrás al Barça acabaron perdiendo. Hay que buscar otras formas«. En rueda de prensa, lo mismo: «Si dejábamos avanzar al Barcelona nos iban a hacer daño porque siempre lo hacen. Había que sacrificarse y luego tomar el riesgo de jugar ante uno de los equipos que mejor presionan. Quedó muy claro lo que entrenamos, lo bueno y lo malo. Sigo diciendo que vamos por buen camino«.
Durante todo el encuentro, los pupilos del Sánchez-Pizjuán mostraron una presión inquebrantable. Durante la primera parte, los barcelonistas acabaron sofocados, completamente superados. El marcador ponía un 2-1 a favor de los locales. «Los 45 primeros minutos han sido horrorosos», comentaba Pedri. A la vuelta de los vestuarios, Lewandowski falló un penalti y el Sevilla aprovechó para finiquitar su goleada. 4-1, y el Barça perdía el liderato de LaLiga que, una semana antes, había dejado escapar el Real Madrid.
Pero antes del Sevilla, hubo el Paris Saint-Germain (PSG) de Luis Enrique. En la Champions, el asturiano y su PSG dieron un recital en Montjuïc. Después de que Ferran Torres abriese la lata a favor de los culés –19’–, Mayulu respondió en seguida –38’–y Gonçalo Ramos asaltó la Ciudad Condal en el minuto 90. El técnico de los parisinos le ganó la partida a Hansi Flick con su ‘segunda unidad’: sin Ousmane Dembélé, Désiré Doué, João Neves (suplente en dicho partido), Khvicha Kvaratskhelia y Marquinhos.
Pero Luis Enrique ganó gracias a un plan sólido sin balón y golpes precisos en transición, aprovechando la espalda de la zaga alta de Hansi Flick. El asturiano ajustó tras el descanso: bloque medio flexible que cerró salidas por banda, vigilancias interiores de Vitinha y Fabián para limitar a Pedri y De Jong, para ganar segundas jugadas con Zaïre-Emery. Cambió perfiles y alturas para generar una superioridad (dos contra uno) en las bandas, atrajo la presión y progresó por fuera, preparando el escenario del gol final. Mayulu empató tras una pérdida culé y en el descuento, Hakimi atacó el espacio, Gonçalo Ramos liquidó. Funcionó por mejor gestión de distancias, elección vertical tras recuperación y explotación sistemática de los dilemas defensivos azulgranas que se vieron también muy sofocados por la presión.
Por lo tanto, Xabi Alonso tiene soluciones. Podría derrotar al Barcelona combinando la agresividad de Almeyda con la precisión táctica de Luis Enrique, pero adaptado a su estilo. Utilizaría la presión alta desde el inicio para incomodar la salida y evitar que el Barça instale su juego en campo rival. Algo que él ya hace. Cerraría líneas de pase y forzando pérdidas en banda, acompañada de un bloque medio flexible que oriente la circulación hacia el costado elegido, con vigilancias interiores para limitar a Pedri y De Jong y ganar segundas jugadas. Ahí podrían ser claves Aurélien Tchouaméni y Federico Valverde.
También podría rotar perfiles y alturas en banda para generar situaciones de superioridad numérica en lateral rival, atraer la presión y progresar por fuera, recuperando y lanzando ataques verticales a la espalda de la zaga alta. Para eso, tiene a Vinicius y Mastantuono, respaldados por laterales como Carreras y Carvajal –si llega–. Y luego, castigar con Kylian Mbappé.
Puede alternar transiciones rápidas tras robo con secuencias más pausadas para abrir al Barça y explotar sus dificultades defensivas –si el lateral salta, atacar el pasillo; si no, conectar dentro y girar a la espalda–, todo con intensidad, basculaciones y una elección de pase vertical tras recuperación que castigue al máximo las debilidades estructurales culés. Xabi tiene soluciones: no tiene que dejar respirar al Barça. Debe imponer su juego y el gol llegará.