REVISTA PANENKA
·20. Dezember 2024
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“No se trata de cuán fuerte puedes golpear, se trata de cuántos golpes puedes recibir y seguir adelante”, decía Sylvester Stallone encarnando a Rocky Balboa en la película Rocky, en 1976. En aquel entonces, el Nottingham Forest todavía no había sorprendido al mundo con sus dos Copas de Europa consecutivas en 1979 y 1980. Aquella frase del boxeador parece escrita para explicar la historia de un club que, tras tocar el olimpo del fútbol europeo, ha sobrevivido en el infierno. En 2022, de la mano de Steve Cooper, regresaban los ‘Tricky Trees’ a la Premier League tras 23 años de travesía por el desierto. Ahora, cierran el 2024 instalados en las posiciones de arriba, desafiando a un deporte que los ha querido noquear. Y es que el Forest es como un boxeador que se resiste a caer, demostrando que en la resiliencia se encuentran las raíces más fuertes.
El Nottingham Forest venía de ser golpeado año tras año. Tras su descenso a la Championship en 1999, pasó tres temporadas en la League One, la tercera división del fútbol inglés, de 2005 a 2008. 23 años más tarde regresó a la Premier. Tras un inicio tumultuoso, logró mantener la categoría la primera temporada. La 23-24 empezó siendo un desastre, y la directiva decidió dar un volantazo y hacer saltar por los aires al héroe del ascenso, Steve Cooper.
La apuesta fue clara: Nuno Espírito Santo. El técnico portugués, tras pasar sin pena ni gloria por el Tottenham y después de un viaje fugaz a Arabia Saudí para hacerse con el mando del Al-Ittihad -del que fue destituido por una bronca con Karim Benzema-, llegó a Nottingham en diciembre del 2023. Al equipo le costó asimilar los conceptos y el juego que quería instalar Nuno y, pese a la sanción de cuatro puntos por incumplimiento del FairPlay financiero, acabó la temporada a seis puntos de la zona roja. Nuno ya sabía de gestas. No hay que olvidar que años atrás condujo al Wolverhampton de la Championship a la Europa League.
El bosque que ha cultivado Nuno es una obra de arte. Los árboles han ido creciendo y el entramado de raíces ha atrapado a rivales que, uno tras otro, han ido cayendo en la trampa
Su filosofía no ha cambiado. Como un pintor fiel a su estilo, el 4-2-3-1 sigue siendo su esquema fetiche. La defensa, su arma principal. El bosque que ha cultivado Nuno es una obra de arte. Los árboles han ido creciendo y el entramado de raíces ha atrapado a rivales que, uno tras otro, han ido cayendo en la trampa de los ‘Tricky Trees’. La portería a cero es la clave. Su equipo suma ya cinco partidos sin recibir un gol, más que en toda la temporada pasada. A estas alturas del curso, el Nottingham es el tercer equipo con menos goles encajados (19), empatado con el Chelsea y únicamente por detrás de Liverpool (13) y Arsenal (15). Los de Nuno sacaron un merecido punto en Stamford Bridge, vencieron al Manchester United y han sido el único equipo capaz de superar al Liverpool, asaltando Anfield.
Los ‘Tricky Trees’ crecen gracias a sus dos principales árboles en defensa: Murillo y Milenković. Jóvenes y robustos, con una raíz anclada en la tierra, brillan encima del césped del City Ground. Murillo, brasileño de 22 años, es una delicia. Un defensa por el que vale la pena pagar una entrada. Le gusta el riesgo. Lanza balones largos a diestro y siniestro. Es un central que defiende atacando. Conduce y rompe líneas con una salida de balón muy limpia. Despeja y bloquea. Un guerrero al que se van a rifar el próximo mercado de verano -o quién sabe si en invierno-. A su lado, Nikola Milenković. Tras su buen papel en la Eurocopa con Serbia, llegó al Nottingham previo pago de 15 millones de euros a la Fiorentina. Un central que va bien por arriba y al corte. Una de las mejores parejas de zagueros de la Premier.
El contraataque es la herramienta de Nuno para llegar a la victoria. Con Murillo y Milenkovic esperan atrás y barren todos los rivales que osan a acercarse a la portería de Matz Sels -que está mostrando un alto nivel tras ser suplente en el Newcastle-. Para ello, necesitan correcaminos. Los laterales Alex Moreno y Ola Aina son los encargados de iniciar los ataques por banda. El carrilero español, tras dejar el Betis y no acabar de explotar en el Aston Villa, llegó cedido a Nottingham el pasado verano y está rindiendo a un excelente nivel. Por su parte, el lateral nigeriano tiene un máster en recuperar balones, lo que añade a su buen regate y su portento físico. Y, arriba, Elanga y Hudson-Odoi. Los jugadores formados en Manchester United y Chelsea, respectivamente, abandonaron sus equipos de formación y son las puntas de lanza de los Tricky Trees.
El Nottingham Forest sigue desafiando a los grandes de la Premier. Han sabido resistir en el infierno, se han reinventado y han recordado que, a veces, el fútbol premia la perseverancia
El arma diferencial es el pistolero: Chris Wood. El gigante neozelandés es un artesano del gol. El delantero vive una temporada de ensueño con diez goles en Premier League. En el campeonato inglés solo Salah (13), Haaland (13) y Cole Palmer (once) suman más goles que el punta de los ‘Tricky Trees’. Tras alcanzar los dobles dígitos en sus etapas en el Burnley y el Newcastle, Wood ha demostrado ser letal de cara a portería. Su olfato de gol está siendo decisivo para mantener al equipo de Nuno Espírito Santo en la parte alta de la tabla. Eso sí, es un jugador capaz de fallar la ocasión más clara y, en la jugada siguiente, marcar el gol del año.
El Nottingham Forest sigue desafiando a los grandes de la Premier. Han sabido resistir en el infierno, se han reinventado y han recordado que, a veces, el fútbol premia la perseverancia. Es un deporte que olvida rápido, pero los ‘Tricky Trees’ han plantado raíces profundas, nutridas por la memoria de aquellas dos Copas de Europa a finales de los ochenta y el único título liguero en sus vitrinas, para seguir soñando junto a los mejores equipos ingleses. El Forest es como aquel boxeador que, herido, se levanta una y otra vez. En el City Ground ha resurgido un bosque que vuelve a rugir.
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Fotografía de Getty Images.