El Real Madrid se llena de dudas | OneFootball

El Real Madrid atraviesa un momento delicado. No se trata solo de los resultados —una derrota en Liverpool (1-0) y un empate en Vallecas ante el Rayo (0-0)—, sino de las sensaciones. El equipo de Xabi Alonso, líder en LaLiga y clasificado entre los ocho mejores de la Champions League, ha perdido brillo, ritmo y confianza en su juego.

Tras golear al Valencia con autoridad, el conjunto blanco ha mostrado una versión lenta, espesa y predecible. Si el rival aprieta arriba, el Madrid sufre para salir jugando; cuando es el propio equipo blanco el que intenta presionar, la intensidad no alcanza. Las alarmas no saltan por los números —que siguen siendo buenos—, sino por la falta de claridad en la ejecución del modelo y las dudas en torno a la gestión del técnico tolosarra.

Un equipo sin derecha y sin fluidez

La banda derecha se ha convertido en un agujero sin dueño. Ni Brahim Díaz ni Franco Mastantuono han logrado consolidarse en esa zona, mientras que Rodrygo, desplazado a la izquierda —su perfil natural—, no termina de ser determinante. El brasileño acumula esfuerzos sin resultados, y el Madrid lo siente.

Mastantuono, que partía como apuesta de Xabi Alonso, se ha ido cayendo del once. Camavinga llegó a ocupar ese sector en el Clásico y dejó buenas sensaciones, pero no las ha confirmado. Brahim sigue gris y poco influyente, y Gonzalo, goleador en el último Mundial de Clubes, apenas ha tenido minutos. Endrick tampoco ha sido una alternativa. Falta chispa, falta desequilibrio, falta alguien que rompa por fuera.

Un centro del campo sin equilibrio

Sin Tchouaméni, lesionado, el equipo ha perdido equilibrio. Camavinga no termina de asentarse y Bellingham, pese a su regreso, aún busca su sitio en un esquema que lo aleja del área. Arda Güler pide pista, sobre todo gracias a su buen tandem con Mbappé, pero a su vez parece necesario en la base de la jugada para dar fluidez.

Xabi Alonso, hasta ahora firme en su idea, parece haber perdido alternativas. No ha tocado demasiado el plan, ni siquiera en los tramos más espesos. El equipo circula el balón con lentitud y depende demasiado de los destellos de Mbappé o de la seguridad de Courtois y Militao, dos de los pocos que mantienen un nivel alto.

El vestuario, bajo la lupa

En el entorno madridista también se comenta la gestión del vestuario. Se habla de cierta frialdad entre el técnico y algunos jugadores, y de un clima de incomodidad en la dinámica interna. Con varias noticias alrededor, el ruido empieza a crecer: ¿sigue convenciendo Xabi Alonso al grupo?

El Real Madrid no está en crisis de resultados, pero sí de sensaciones. Mantiene el liderato, sigue vivo en Europa y conserva una plantilla repleta de talento, pero algo se ha atascado. El equipo ha dejado de transmitir esa sensación de control y superioridad que tuvo en el arranque de curso.

Y en un club como el Madrid, cuando el juego no acompaña, el debate siempre está servido.