Diario La Escuadra
·14. Oktober 2025
El Real Murcia sigue sin rumbo tras caer en Tarazona

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·14. Oktober 2025
El Real Murcia vive días complicados. El conjunto dirigido por Joséba Etxeberria volvió a tropezar este fin de semana al perder por 1-0 frente a la SD Tarazona, en un encuentro que deja más dudas que certezas. Los granas no fueron capaces de imponer su juego, sufrieron la expulsión de Sekou en la segunda parte y terminaron encajando un gol que refleja a la perfección el mal momento del equipo.
Con este resultado, el Murcia acumula ya cinco derrotas y apenas una victoria en las primeras siete jornadas de la Primera RFEF, sumando solo seis puntos de veintiuno posibles. Una cifra muy por debajo de lo esperado para una plantilla que, sobre el papel, había sido confeccionada para competir por el ascenso.
Imagen: Gol del Murcia
La visita a Tarazona debía servir como punto de inflexión. Tras una semana de trabajo en la que el cuerpo técnico había insistido en la necesidad de mejorar en intensidad y en eficacia ofensiva, el Murcia saltó al campo con la intención de cambiar la dinámica. Sin embargo, el guion volvió a repetirse.
El primer tiempo fue plano, con poca profundidad y sin apenas ocasiones claras. El equipo intentó combinar desde atrás, pero el ritmo era bajo y las bandas no generaban peligro. Tarazona, sin grandes alardes, se mantuvo ordenado y esperó su oportunidad.
Todo se torció a partir del minuto 59, cuando Sekou vio la segunda amarilla tras una falta innecesaria en el centro del campo. Con un hombre menos, el Murcia se descompuso. La inferioridad numérica dio aire al conjunto local, que comenzó a llegar con más frecuencia al área rival.
El castigo llegó en el minuto 67: Castroverde aprovechó un desajuste defensivo para marcar el 1-0. A partir de ahí, el Real Murcia lo intentó con más corazón que cabeza, pero sin éxito. Ni los cambios de Etxeberria ni el empuje final sirvieron para evitar otra derrota que deja al equipo en una situación delicada.
El técnico vasco Joséba Etxeberria empieza a ser cuestionado por parte del entorno murcianista. Su discurso de confianza y paciencia choca con los resultados, y la sensación general es que el equipo no termina de encontrar un estilo de juego reconocible.
Desde el inicio de la temporada, el entrenador ha apostado por un sistema de tres centrales con carrileros largos, buscando solidez atrás y profundidad en ataque. Sin embargo, los resultados están siendo todo lo contrario: el equipo sufre en defensa y apenas genera peligro arriba.
Etxeberria ha reiterado que confía en sus jugadores y que “los resultados acabarán llegando”, pero la afición empieza a impacientarse. En las últimas semanas, el murcianismo ha mostrado su malestar tanto en las gradas como en redes sociales, reclamando un cambio de rumbo antes de que sea demasiado tarde.
El técnico, por ahora, cuenta con el respaldo del club, pero los próximos partidos serán decisivos para su futuro. Si el equipo no reacciona pronto, el banquillo podría empezar a temblar.
Imagen: Real Murcia CF
Uno de los grandes males del Real Murcia está siendo su falta de eficacia ofensiva. El conjunto grana ha marcado muy pocos goles en lo que va de temporada y, lo que es peor, apenas genera ocasiones claras. La posesión no se traduce en peligro, y los delanteros, como Flakus o Pedro Benito, no están encontrando el camino del gol.
El centro del campo tampoco está ayudando. Pese al trabajo de Moyita y Juan Carlos Real, el equipo carece de fluidez y de llegada desde segunda línea. Todo ello convierte cada partido en un ejercicio de impotencia, con un Murcia que domina por momentos, pero sin profundidad ni pegada.
En defensa, los errores individuales también se repiten. Pérdidas de balón en zonas comprometidas, desajustes en los marcajes y falta de contundencia en los duelos. En Tarazona volvió a verse un equipo frágil cuando el rival acelera y poco resolutivo en las segundas jugadas.
El conjunto grana encaja goles con demasiada facilidad y sufre para reaccionar cuando se pone por detrás en el marcador. Esa falta de mentalidad competitiva es otro de los aspectos que más preocupa al cuerpo técnico.
A pesar del mal momento, dentro del vestuario se intenta mantener la calma. Los jugadores son conscientes de la situación y asumen su parte de responsabilidad. Algunos, como Juan Carlos Real o Armando, han pedido públicamente “unidad y trabajo” para salir adelante.
La plantilla sabe que el calendario que viene es exigente, y que los próximos compromisos marcarán el rumbo de la temporada. El club confía en que una victoria sirva para liberar la tensión y cambiar la dinámica negativa.
Etxeberria también ha intentado reforzar el aspecto anímico, apelando al orgullo del grupo y recordando la importancia de competir cada balón. “El fútbol es de rachas, y saldremos de esta si seguimos creyendo”, ha dicho en rueda de prensa.
Fuente: Murcia Actualidad
El Real Murcia afronta ahora semanas decisivas. En liga, deberá medirse a rivales directos por la permanencia y la zona media, y además tendrá que afrontar su estreno en la Copa del Rey, contra el Antequera, equipo que también se encuentra en momento delicado.
Aunque a priori el duelo copero parece asequible, servirá como una buena oportunidad para que el equipo recupere confianza. Una eliminación sería un golpe moral enorme. En cambio, una victoria podría ser el impulso necesario para cambiar la dinámica y reencontrarse con el buen juego.
El problema es que el tiempo corre. La Primera RFEF no espera, y cada jornada que pasa sin sumar complica más las opciones de alcanzar los objetivos marcados en verano. El equipo necesita reaccionar ya, no solo en resultados, sino también en sensaciones.
La afición del Real Murcia, una de las más fieles y apasionadas de la categoría, vive este inicio de curso con una mezcla de decepción y preocupación. Tras varias temporadas de altibajos, el club afrontaba este año con ilusión, con una plantilla reforzada y un técnico experimentado.
Sin embargo, la realidad está siendo otra. El equipo no gana, no convence y empieza a perder crédito. En Nueva Condomina se escuchan ya los primeros murmullos de descontento, y muchos aficionados reclaman una reacción inmediata antes de que el sueño del ascenso vuelva a esfumarse.
El peso de la historia es grande, y el murcianismo no está dispuesto a resignarse a otra temporada sin rumbo. La entidad necesita recuperar su identidad, su ambición y su orgullo.