FC Barcelona 3-2 Real Madrid: Kounde da la Copa del Rey al Barça | OneFootball

El Barcelona conquistó la Copa del Rey en una final épica tras vencer al Real Madrid con un agónico gol de Koundé en la prórroga

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La final de la Copa del Rey arrancó con un Madrid dispuesto a morder arriba, presionando en un 4-1-4-1 que dejaba a Tchouaméni como único sostén defensivo en el mediocampo. Sin embargo, esa distancia con los ofensivos la aprovechó el Barça para encontrar espacios. El partido empezó eléctrico: primero un pelotazo largo del Madrid, luego una internada peligrosa de Ferran que obligó a Tchouaméni a salvar a su equipo.

El drama no tardó en aparecer: Mendy se rompió en los primeros minutos y Fran García tuvo que entrar en frío. El Barça olió sangre, se hizo dueño del balón, y en una acción magistral nacida en un robo de Cubarsí, Pedri firmó una obra de arte: control en la frontal y disparo a la escuadra imposible para Courtois. El 1-0 era la justa recompensa para un Barcelona mucho más conectado.

Turno del Real Madrid

En la segunda mitad, el guion no cambió demasiado al principio. El Barça, con Flick en la banda agitando los brazos, siguió dominando. Lamine Yamal, incontenible, destrozaba a Fran García una y otra vez. El Madrid parecía roto, incapaz de conectar tres pases. Pero si algo tiene el equipo blanco es su resiliencia. Un par de paradas monumentales de Szczesny —primero a Vinicius y luego en el rechace— mantuvieron vivo al Madrid, que comenzaba a creer. El momento de Mbappé se veía venir: calentaba en la banda, listo para irrumpir en la final.

Y no falló. En una falta que él mismo provocó, Kylian Mbappé asumió toda la responsabilidad y, como los elegidos, la clavó al palo largo con una sutileza de genio. Golazo para empatar una final que parecía escaparse. El Madrid, espoleado por el empate, se lanzó al ataque como un vendaval. Apenas unos minutos después, Tchouaméni, el mismo que había sufrido en la primera parte, encontró el gol en una jugada de saque de esquina, adelantando a los blancos en medio de un delirio madridista.

No está acabado

Pero este partido no estaba para dueños, sino para héroes improvisados. Y Ferran Torres quiso ser uno de ellos. Cuando el Real Madrid parecía tener la copa entre las manos, un pase quirúrgico de Lamine encontró a Ferran, que superó en velocidad a Rüdiger. Courtois, en una salida errática, le regaló el gol: dribló al portero y marcó a puerta vacía para devolver la igualdad. Otro giro de guion en una final que ya es histórica.

El partido terminó con un intento de drama que no fue: penalti señalado a favor del Barça por una caída de Raphinha, pero tras revisión del VAR, quedó claro que no hubo falta y el árbitro anuló la decisión, mostrando amarilla al brasileño por simular. Con el 2-2 en el marcador, la final, vibrante y llena de giros, se marchaba a la prórroga, la 27ª en la historia de la Copa del Rey.

Copa culé

La prórroga arrancó con una tensión insoportable, como si el balón pesara una tonelada. Los jugadores, al límite físico y mental, sabían que cualquier error podía ser definitivo. Bellingham, exhausto, se quejaba de un golpe en una contra que no pudo culminar. Raphinha volvió a caer en el área en una jugada aérea, pero esta vez el árbitro ni dudó. El Barça lo intentaba con más fe que fuerzas: Raphinha encontró a Ferran, que giró sobre sí mismo y remató… pero el disparo se marchó rozando el poste.

Y cuando todo parecía encaminado a los penaltis, apareció Koundé. En un córner cerrado, el central francés se elevó más que nadie y metió un cabezazo letal que dejó sin respuesta a Courtois. ¡Gol del Barcelona! Gol que vale una Copa del Rey tras una batalla épica. El Barça, con más corazón que gasolina, levantó el trofeo en una final que ya es leyenda.

Autora: Natalia Blanco

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