¿Hasta cuándo tiene contrato Aguerre con el Medellín? | OneFootball

¡Parce, qué fichajazo el que se metió el DIM con Washington Aguerre! Desde tierras charrúas aterrizó este crack directamente desde el mítico Peñarol de Montevideo. Y no llegó de paseo, no, no, no. El man vino con ganas de comerse el arco, ponerse el buzo con orgullo y defender los colores del rojo como un verdadero guerrero de la montaña.

Firmó hasta diciembre del 2025, así que lo tenemos pa’ rato, mi llave. Y eso emociona, parce, porque Aguerre no es cualquier arquero. Es de esos que se paran firme bajo los tres palos, con carácter, liderazgo y ese ADN competitivo que se necesita pa’ pelear cosas grandes. El hombre llegó, se metió al corazón del equipo y ya es uno más del parche poderoso.

Alejandro Restrepo lo tiene clarito: Aguerre es pieza clave en su libreto. Mientras otros miran, él dirige, grita, corrige y da seguridad. Es como ese parche que uno necesita en la vida, el que no falla, el que siempre está ahí, firme, con los guayos bien puestos y la mirada fija en la gloria.

Y ojo, que no es puro humo. El uruguayo se ha ganado el respeto de la hinchada, de los compañeros y hasta de los rivales. Con cada atajada, con cada salida oportuna, Aguerre deja claro que no vino a cumplir contrato, sino a hacer historia en la catedral del fútbol paisa. ¡Ese man tiene alma de poderoso!

En este torneo se ha puesto el equipo al hombro más de una vez. ¡Parce, salvadas imposibles, reflejos felinos y hasta arengas motivadoras! Se nota que el tipo tiene jerarquía. Y en un equipo con hambre de final, eso vale oro. Porque en el fútbol, como en la vida, hay que tener alguien atrás que no se achique. Y Aguerre, parcerito, es gigante.

El camino a la final está cerquita, y con Washington en el arco, la fe se multiplica. Porque cuando el arco está bien custodiado, el equipo juega más tranquilo, más suelto, más creído. Y ahí es donde el Rojo empieza a meter miedo. Este combo no está pa’ jugar a ver qué pasa, ¡está pa’ levantarla!

Así que, mi llave, a creerla con todas. Aguerre ya es uno de los nuestros, ya respira montaña, ya late con ritmo poderoso. Y mientras el man siga custodiando el arco, que tiemble cualquiera que se nos cruce. ¡Vamos Rojo, que con este guerrero en el equipo, la gloria no está lejos!