Grada3
·1. Dezember 2024
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Los regalos navideños se han adelantado este año en Valladolid. Hoy, mires donde mires, verás a todos los aficionados blanquivioletas con una pequeña sonrisa pese a la situación actual del equipo. Paulo Pezzolano ya es historia en el Real Valladolid. 1 de diciembre de 2024, una fecha que jamás se olvidará.
A las 01.10 horas de la mañana, a través de un comunicado en sus redes sociales el club anunciaba la salida del técnico uruguayo. Su destitución llega después de perder, horas antes, 0-5 en casa frente al Atlético de Madrid.
Con esta salida, se pone punto y final a una de las relaciones entrenador-afición más tensas que se recuerdan en Valladolid. Han sido 71 partidos, entre los que se lloró un descenso en el que no se hizo nada por evitarlo y se celebró un ascenso que no se disfrutó por completo por la continua guerra entre club y afición. Esta decisión es un gran primer paso hacia la calma social que es, en estos momentos, más que necesaria por el bien del escudo, pero que no llegará hasta que Ronaldo también venda y abandone el Real Valladolid.
Los números de Pezzolano, especialmente en Primera división, son para olvidar. De 26 partidos disputados en la máxima categoría, el técnico uruguayo tan solo consiguió 5 victorias. Junto a 15 derrotas y 6 empates es el balance que deja en Valladolid. En el total de su paso por el Club, estamos hablando de 71 partidos con 28 victorias, 15 empates y 28 derrotas. Esta temporada un balance de 2 victorias, 3 empates y 10 derrotas en 15 partidos y con tan solo 10 goles a favor y 32 en contra. Unos datos insostenibles que han desembocado en esta salida necesaria, celebrada y muy tardía.
A los malos resultados deportivos, hay que sumar un asunto muy importante, más bien clave, en toda esta guerra permanente… lo extradeportivo. El divorcio entre Pezzolano y la afición era muy evidente desde hace meses, independientemente de los resultados. Se pudo apreciar de manera muy clara en el momento del ascenso. La alegría desbordante que debería dar ese momento se vio empañada por esa mala relación. Las continuas faltas de respeto, humillaciones y actitudes desafiantes, chulescas y provocativas del uruguayo hacia la afición en ruedas de prensa o directamente desde el banquillo en pleno partido, dictaron sentencia. El ascenso y las victorias daban igual, la salida del Real Valladolid era la única solución y por fin llegó.
Sin un estilo de juego marcado, una gestión de plantilla que nunca se entendió y una actitud extradeportiva muy irrespetuosa, Pezzolano deja en la afición un recuerdo muy negro, una situación que costará reparar y muchas lágrimas, pero de alegría. Queda la venta y salida de Ronaldo, pero este es un gran primer paso en la reconstrucción más que necesaria del Real Valladolid, un histórico del fútbol español. Jamás una despedida fue tan feliz. Adiós, Pezzolano.