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·19. November 2024
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El uruguayo habló de su carrera en una entrevista con Jorge Valdano en Movistar Plus+ y analizó situación del Madrid: “Todavía queda mucho por competir”.
Fede Valverde es uno de los líderes de este Real Madrid. No obstante, con 26 años ya es el cuarto capitán del equipo blanco. El uruguayo, que está concentrado con su selección, habló este lunes en el programa Universo Valdano de Movistar Plus+ en una entrevista grabada en la Ciudad Real Madrid después del Clásico ante el Barcelona y de la ceremonia del Balón de Oro. Una votación en la que, como le recuerda Jorge Valdano en la bienvenida, Valverde quedó como el 17º mejor futbolista del mundo. “Es una alegría ya. Un orgullo. Sobre todo ver a la familia y a tu mujer felices con eso”, afirma Valverde.
El 0-4 del Clásico. ¿Piensa que el equipo todavía no se encontró, que no están todavía físicamente del todo bien…? ¿Cómo analiza este momento?: “El nivel futbolístico que estamos teniendo no es el mejor o el que se pensaba que podíamos tener. Duele perder contra un rival directo y con el que te juegas el orgullo y el honor en uno de los partidos más vistos en el mundo entero. Duele bastante y te da mucha impotencia no conseguir los tres puntos en tu cancha. Pero también hay que reconocer cuando uno hace un partido inferior al otro y creo que el Barcelona hizo muy bien partido, sobre todo en el segundo tiempo. La primera parte fue muy igualada, pero el gol lo cambió todo. Nos meten el segundo y ya va más allá de lo táctico o lo futbolístico y te vas un poco más a la locura. Ellos juegan muy bien, supieron manejar cuando iban por delante y ya está. Hicieron un buen papel en el Bernabéu”.
Situación del equipo: “Pasamos por un 0-4 en el Bernabéu hace un par de años y terminamos ganando la Champions y la Liga. Son partidos y no califica el año. Lo que al final califica el año es si ganaste títulos y no si no ganaste determinados partidos. Yo me quedo con eso, que todavía queda mucho por competir, mucho por luchar. Somos un equipo que tiene esa rebeldía de cambiar la situación y salir adelante. La historia de este club es no darnos jamás por vencidos, hay que luchar hasta el final. Tenemos que ser los primeros en rompernos el alma entrenando y demostrar a la gente que queremos ganar todo este año. Esa es la única forma de seguir mejorando y creciendo”.
Es cuarto capitán con 26 años y está entrando en la plenitud de su carrera con la responsabilidad de ser de los más veteranos: “No es fácil. Este es el mejor equipo del mundo y te pide todo a cambio. La sensación de jugar en este club es la mejor de todas, no hay otra sensación igual. No te permite regalar nada. Tengo que ser el mejor en todo, demostrárselo a los compañeros y que los compañeros crean y se contagien de mí de ser los mejores. Es la única forma de ser los mejores del mundo y jugar para este equipo con mucho orgullo y mucho honor de vestir este escudo, que no es para cualquiera”.
Llamada del Madrid: “Pensaba que era una broma, hasta que vi a mi madre tan emocionada”.
Temporada en el Deportivo: “Ya empecé a vivir solo, aunque tenía a mis padres cerca a 10 minutos. Pero necesitaba también tener mi espacio, empezar a crecer y acostumbrarme a vivir solo. A nivel futbolístico fue un crecimiento muy grande. Uno pasa por momentos que no son buenos, pero me estaban haciendo crecer mucho”.
Lopetegui: “El salvador (risas). Yo le debo mucho. Fue esa persona que me de dio su confianza. Yo estaba en Uruguay, porque me había quedado fuera del Mundial, algo que me dolió muchísimo, una de las peores cosas de mi carrera. Tuve un mes y medio ‘de vacaciones’ y me dedicaba a entrenar todo el día. La recompensa al trabajo fue llegar al Real Madrid”.
Competencia en el centro del campo como Modric, Casemiro y Kroos cuando llegó: “Llegas y ves en la mesa que están sentados Marcelo, Casemiro, Bale, Benzema, Sergio Ramos… Casemiro fue el que me arropó. Me abrazó y me dijo: ‘Siéntate acá’. Por el dorsal estábamos también muy pegados en el vestuario. Casemiro no necesita gritar en el campo para dar una indicación o corregir a alguien. Él era cercano, siempre con la crítica constructiva. La que me da mi mujer hoy, me la daba Casemiro en el vestuario: ‘Fede, tienes que entrenar más”.
¿Por qué le llaman ‘Pajarito’?: “Cuando era niño, por mi apariencia y mi físico. Era muy flaquito y muy chiquito. Y así me describía mi técnico. Mi padre se enojó un montón por el apodo, no le gustó nada. Y mi madre le decía a mi padre: ‘Se lo dicen porque anda volando”.
Fortaleza física: “Amo defender, aunque no lo sé hacer muy bien, intento hacerlo. Amo atacar, amo estar en todas partes del campo, amo ayudar… Mi satisfacción es escuchar a un compañero decir ‘Bien, Fede’, por cubrirle la espalda, por dar un pase de gol. Esa es la satisfacción y el orgullo que yo siento al acabar un partido. Para estar en este club tienes que adaptarte en lo físico, en descansar bien, en comer bien…”.
De joven jugaba de mediapunta y corría menos. Desde eso hay una adaptación: “Yo odiaba correr y odiaba entrenar. Pensaba que tenía las cualidades y ya. Sentía que no, para qué, si yo podía jugar para adelante. Me costó entenderlo. Pero tuve un entrenador en Peñarol, El Chueco Perdomo, que a ese sí le gustaba defender. Y el decía: ‘Si no defiendes, no vas a jugar’. Me quito. Uno cuando no juega ya lo empieza a entender todo. Me di cuenta de que lo que yo amo ahora, ayudar a un compañero, no lo estaba haciendo. Era bueno del medio para adelante y que eso era suficiente, pero no. Me convencí de que dentro del campo no voy a perder con nadie y voy a intentar ser más que cualquiera, luchar más que cualquiera y voy a ser el número 1 en colaborar en defensa y ataque y ser el mejor jugador en lo que sea. Eso me ayudó, aunque no voy a meter los pases de Toni Kroos ni a defender como Casemiro”.
Semana a prueba en el Arsenal: “Tenía 16 años. Me invitaron a entrenar una semana con el primer equipo. Me imaginaba todo un futuro ahí. Cuando llegué a Inglaterra fue algo muy lindo. Ver la ropa que tenían para entrenar… era otro mundo. Disfruté esa semana. El Dibu fue uno de los que más me ayudó en todo. Fue el primero que se me acercó, junto a Bellerín, Alexis Sánchez o Cazorla. A lo meses, ya estaba entrenando en el primer equipo de Peñarol”.
Anécdota con su mujer: “Después del partido que nos elimina el Ajax, que yo jugué poco y nada, por una jugada simple, subo al coche después del partido y empieza: ‘¿Por qué la pasas? ¿Por qué no la pegas a portería? ¿Por qué no corriste en esta jugada?”.
Capitán con Uruguay: “Llegar a la selección es lo mejor que puede haber. Mi madre llora en cada partido que juego. La responsabilidad la siento desde que llegue. Siento que siempre fui líder, en otro momento en voz baja y ahora en voz alta. En otros momentos he tenido otro papel, con protagonismo inferior, y eso también me hizo bien, porque había partidos en los que no tenía que cargar con tanta presión, pero eso hoy es diferente, me siento responsable de todo lo que pasa en la selección e intento ser ese líder para mis compañeros”.
Carácter: “Hablo poco en el vestuario. Capaz que no te doy una arenga como la daba Diego Godín, que te hacía salir casi llorando. Somos líderes diferentes”.
Número 17 del Balón de Oro y está en un vestuario donde están el 2º, el 3º y el 4º del mundo: “Es una locura. Hay que seguir y mejorar, si no en mi casa me van a matar ¿Quién aguanta a mi mujer después cuando vea que soy el puesto 15? (risas). Yo esperaba estar un poco mejor, pero fue un orgullo tremendo. Lo disfruté con mi mujer en casa, tomando mate. Yo no iba a viajar a París, pero si quedo entre los diez primeros voy por mis propios medios (risas). Mi mujer se puso a llorar, y eso es lindo. Me decía: ‘No valoras lo que estás consiguiendo’. Yo me puse muy feliz, aunque esperaba estar un par de posiciones más arriba, no pido mucho más”.
Con 26 años, dentro de diez le haremos otra entrevista para hacer repaso: “Le voy a sacar un poco de sangre a Luka Modric para ver si llego (risas). Yo no sé si llego a los 32 y este ya va a llegar a los 40″.
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