Manchester City le ganó el partido más importante de la fecha Champions al Real Madrid | OneFootball

Recitaba Don Alfredo una frase lacónica cada vez que le daban un premio individual: «No lo merezco, pero lo trinco». Algo parecido le pasa a su Madrid, que no lo merece, pero lo pierde. Porque esta vez quiso, y sus futbolistas cayeron exhaustos al pitar Turpin, pero donde otros días le faltó sudor, esta vez le faltó claridad y suerte. Si fue el último partido de Xabi Alonso no fue por inacción del técnico, que cambió de táctica en varias ocasiones, pero no le alcanzó,. Entre otras cosas porque jugarse las lentejas sin Mbappé es una ruina. El resto tiene poco gol. Aunque regrese Rodrygo.

El City de Guardiola fue más sólido, armado, e incluso perdonó una victoria más amplia. O más bien lo evitó Courtois, el de siempre. Pero tampoco es aquel equipo imponente que cogía el balón y jamás lo cedía. A Guardiola le bastó enfocar en el juego aéreo, en la movilidad de Bernardo, indetectable, y en su potencial por bandas, especialmente Doku, para abatir al equipo blanco en su estadio.

Se ha convertido en un clásico europeo el duelo entre Real Madrid y Manchester City. Mérito sky blue, instalado en tiempo récord entre la aristocracia continental. La mayoría dramáticos. Y este, a pesar de ser de liguilla, también. Por Xabi Alonso y el atolladero en que se encuentra. Sin un ejército de lesionados, entre ellos su goleador, hizo frente al match-ball el tolosarra. Con Valverde de lateral, Rodrygo en la derecha -falso interior- y Gonzalo como ariete. Con la suya, vamos, lo que le recomendó Guardiola, su mentor. Tiene su aquel que el hombre que le sacó del Madrid como jugador pudiera  cerrar su etapa como técnico blanco. No le falló esta vez su equipo de salida.

El primer tercio fue del Madrid. Por intensidad, por ambición y por fútbol. La mayor parte de los duelos cayeron del lado blanco desde el arranque, con dos robos en presión de Gonzalo y Bellingham que probaron la firmeza del City. El segundo acabó en penalti de Nunes a Vinicius, pero el VAR chequeó que la falta se produjo fuera. Lanzó Valverde, tocó en un defensa y se marchó por poco. Tuvo una opción clara Vinicius, que recibió un pase exquisito desde el lado opuesto y falló al picar el remate. Ya se intuía que Rodrygo estaba inspirado. En una salida de Carreras por izquierda se escalonaron Gonzalo, Bellingham y la pelota llegó a Goes, que cerró con un derechazo cruzado nueve meses de sequía.

El 1-0 premió el plan, el 4-4-2 claro sin balón y las salidas por velocidad, y la intensidad. Que cuenta tanto o más que la táctica, como dejó claro Tchouaméni en la víspera. Pero la desventaja picó al City, mucho más cuajado que en la eliminatoria del pasado año. Con Nico en el eje, Bernardo a su aire y tipos de banda atrevidos, desde Doku a O’Reilly pasando por Cherki y Nunes, tiene muchas maneras de hacer daño además de Haaland. Una de ellas, el juego aéreo. En un escarceo de Doku cedió el Madrid un córner, el balón voló al segundo palo, cabeceó Gvardiol, palmeó blando Courtois y O’Reilly, falso lateral, empujó a la red.

El empate bajó el souflé del Bernabéu. Encima, Vinicius no estaba acertado en la toma de decisiones (protestado por no abrir a Gonzalo y elegir a Bellingham), y el VAR completó la remontada inglesa. Entró por banda O’Reilly, templó el centro para Haaland y Rüdiger le agarró hasta derribarle. Los cityzens hicieron su trabajo e insistieron para que se revisara la jugada. Penalti. El cyborg noruego ejecutó con limpieza, por su derecha. Y suerte tuvo el Madrid de irse al descanso con el 1-2. Mientras los blancos reclamaban un agarrón de Gvardiol a Asencio (que lo fue, pero como no fue el balón hacia esa zona se dejó pasar), salió al galope el City, sacó Courtois el remate de Haaland a quemarropa (paradón) y repitió con el rechace de Bernardo (otro paradón). Al vestuario, a ordenar las ideas.

El segundo acto fue menos académico. El Madrid corrió riesgo en busca del empate y el City aceptó el intercambio de golpes. Pudo anotar Bellingham en una contra clara, habilitado por Rodrygo. Y pudieron sentenciar Bernardo, Haaland tras un centro cerrado de Cherki y Doku en una contra. Todas tapadas o desviadas por Courtois, determinante. Entró primero Güler por Gonzalo. Jude de falso 9. Poco después, Brahim por Ceballos, Vinicius de 9, Bellingham por detrás, Movimientos para tratar de recuperar el pulso, perdido por el cansancio y por la tortura de Doku. Guardiola volcó el ataque por su zona y el belga se hinchó a desbordar. Pasó un mal rato Valverde, que escuchó alguna protesta por no arriesgar en el pase.

Se la jugó Alonso con el último cambio, Endrick por Asencio. Y Guardiola trató de asegurar con un triple relevo que restó amenaza. Fuera Haaland y Cherki. Buscó el Madrid la heroica y pudo obtener premio en dos opciones de Vini, un cabezazo en buena posición y un despeje tras un error de Donnarumma y otra de Endrick, que cabeceó al larguero. Se echó el juego a la espalda Bellingham, esta vez sí, mucho mejor de todocampista, pero el Madrid es ahora un equipo alicaído y sin suerte. Sobre todo sin Mbappé. No gana ni cuando lo merece o lo pelea. Hasta el final.

/Marca