Anfield Index
·27. Dezember 2025
Mohamed Salah brilla otra vez y Egipto avanza a octavos de la AFCON

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·27. Dezember 2025

Mohamed Salah volvió a mostrarse decisivo en el escenario continental, ya que Egipto aseguró la clasificación para las rondas eliminatorias de la Copa Africana de Naciones, superando a Sudáfrica con una victoria estrecha pero significativa. En un encuentro definido por los pequeños detalles, la templanza bajo presión y momentos de adversidad, Egipto hizo lo suficiente para avanzar con un partido de sobra, guiado por la serena autoridad de su capitán.
No fue una actuación empapada de fluidez ofensiva, ni era necesario que lo fuera. Fue, en cambio, una noche que exigió liderazgo, disciplina y la capacidad de gestionar momentos clave. Salah cumplió en los tres aspectos, subrayando su importancia perdurable para las aspiraciones de Egipto en la AFCON y reforzando su condición de una de las figuras centrales del torneo.

Foto: Twitter de Salah
El momento clave llegó poco antes del descanso. Tras una revisión del VAR, se señaló penalti a favor de Egipto después de que Salah fuera derribado en el área. Hubo poca vacilación. El delantero se levantó, colocó el balón y convirtió con su habitual seguridad, engañando al portero y dando a Egipto una ventaja que no dejaría escapar.
Fue el segundo gol de Salah en otros tantos partidos de la AFCON, un registro que refleja tanto su forma como su responsabilidad. Como capitán, ha asumido el peso de la expectativa, bajando a menudo a recibir para enlazar el juego y ofreciendo movimiento constante para desordenar las estructuras defensivas. Su aportación aquí fue menos de volumen y más de precisión, dando un paso al frente cuando Egipto necesitaba un momento de claridad.
Desde la perspectiva de la AFCON, estos son los partidos que definen los caminos en un torneo. La capacidad de Salah para mantener la calma en medio de la presión, las demoras y el escrutinio de los árbitros destacó por qué Egipto sigue confiando en él en las fases más exigentes de la competición.
La tarea de Egipto se complicó al final de la primera parte cuando Mohamed Hany fue expulsado tras ver la segunda amarilla. Reducidos a diez antes del descanso, los Faraones se vieron obligados a adoptar un enfoque más conservador, priorizando la estructura y el control por encima de la ambición.
Lo que siguió fue una exhibición disciplinada en la segunda mitad. Egipto se replegó en bloque, limitó las oportunidades de Sudáfrica y manejó el ritmo con inteligencia. Salah siguió siendo una salida al contragolpe, provocando faltas y aliviando la presión en momentos clave. El medio campo protegió con eficacia, mientras la línea defensiva mantuvo la concentración pese a la inferioridad numérica.
Esta resiliencia se ha convertido en un tema recurrente para Egipto en la AFCON. Aunque no siempre expansivos, están curtidos en navegar el fútbol de torneo, entendiendo cuándo hay que pausar el juego y cuándo absorber presión. El pase a las eliminatorias se debió tanto a la organización colectiva como al brillo individual.
La victoria aseguró el pase de Egipto a los octavos de final con un partido de la fase de grupos aún por jugar, un logro significativo en una competición donde los márgenes suelen ser mínimos. Asegurar la clasificación de forma anticipada permite rotar, recuperar y afinar lo táctico de cara a las eliminatorias, donde las exigencias aumentan notablemente.
El Grupo B ha sido competitivo de principio a fin, y la capacidad de Egipto para extraer el máximo en partidos ajustados los ha situado en una posición fuerte. La influencia de Salah se siente no solo en lo estadístico, sino también en lo psicológico. Los rivales son muy conscientes de que un solo despiste puede salir caro cuando él está en el campo.
A medida que avanza la AFCON, el equilibrio de Egipto entre experiencia y pragmatismo puede convertirse en un factor decisivo. El fútbol de torneo suele premiar a los equipos que saben sufrir, y esta actuación fue un ejemplo de manual.
La atención se centra ahora en el último partido de la fase de grupos de Egipto contra Angola, donde, con la clasificación ya asegurada, se presenta la oportunidad de gestionar cargas de trabajo sin perder ritmo. Para Salah, el foco seguirá en la chispa y el liderazgo, marcando el tono a medida que la competición entra en sus fases decisivas.
La ambición más amplia de Egipto permanece clara. Con Salah en forma y la plantilla mostrando resiliencia bajo presión, hay una confianza serena en que esta campaña aún puede coger impulso. La historia de la AFCON ha demostrado que el avance rara vez es sencillo, pero Egipto vuelve a posicionarse para competir cuando más importa.
Este artículo fue traducido al español por inteligencia artificial. Puedes leer la versión original en 🏴 en este enlace.









































