Opinión| En Heliópolis, todos sueñan lo mismo | OneFootball

Como cada semana, trasladado hoy al martes debido a la cita resuelta con victoria en Girona la noche de ayer, InformaBetis presenta una nueva edición de su sección de opinión. Esta vez, como protagonista del relato se sitúa el vestuario del Real Betis Balompié en su totalidad.

Si bien es cierto que es muy fácil hablar de un vestuario unido y cohexionado bajo un mismo objetivo desde la racha positiva de resultados que atraviesa el conjunto verdiblanco, considero que es un momento indiscutible para resaltar esta situación. Además, coincide que es el mismo vestuario que hace unos meses vagaba sin rumbo por una odiesea que no atisbaba un prometedor futuro.

Adrían, Bartra e Isco, los dos primeros por su largo bajage en club y el malagueño porque ha llegado para literalmente caer de pie en la que es su casa, han inyectado a la totalidad de la plantilla esa idiosincrasia que representa al Real Betis. Una ideología que traspasa a los más jovénes y a los que vienen de fuera, como el caso de Antony o Cucho Hernández.

El Betis es un resort de cinco estrellas donde todo el que entra jamás quiere salir y donde se trabaja con intensidad para cumplir con el objetivo mayor, hacer feliz a la inconmensurable afición bética. Y así lo refleja el vestuario, con una unión que no solo es visible en los entrenamientos y en los vídeos que aparecen en las redes, sino también se observa dentro de los terrenos de juego.

A pesar de ello, siempre habrá quien no esté feliz con ver bailar al Real Betis e intentará torpedear sus pasos, a través del incendio en redes sociales o bajo la capacidad de influencia de un medio periodístico. Tanto es así que muchos han sido los focos objetivos de esta carroña con cobertura, desde Sergi Altimira hasta, recientemente esta última semana, el propio Antony.

Como si una discusión normal en el transcurso de un partido fuera motivo suficiente para encender las alarmas, han destinado su preciado tiempo y esfuerzo a asegurar que había problemas en la actitud del brasileño, concretamente en su relación con su compañero Jesús Rodríguez. Sin embargo, un intenso abrazo entre ambos en la susitución del partido de ayer, les hizo y para su tremenda decepción topar de bruces con la realidad.

Sin embargo, el bético conoce bastante bien este tipo de prácticas y la manera de actuar de los que asumen la autoría de las mimas. Es por ello que yo prefiero quedarme con la sintonía de Isco con Antony, abrazados en el banquillo, las ganas de Aitor Ruibal cada vez que se pone la verdiblanca, la vuelta de Bellerín y el cariño de sus compañeros o la actitud de un Abde que ayer lo intentó todo.

Prefiero creer en un equipo unido, donde Bartra festeja una acción defensiva de Natan o una parada de Adrián como si fuese suya, donde Antony trabaja defensivamente como nunca en su carrera y en un equipo que está haciendo historia en un final de temporada ilusionante. Así que, recuerden siempre el dicho: «ladran, luego cabalgamos».