Da igual la pelota
·21. Oktober 2025
Otro batacazo histórico

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·21. Oktober 2025
Hoy el Atlético de Madrid ha vuelto a mostrarse frágil cuando más se le necesita. No ha sido un tropiezo cualquiera, sino una caída que deja muchas más preguntas que respuestas: ¿dónde está el carácter que históricamente ha definido a este equipo? ¿Por qué, en momentos claves, sigue fallando cuando menos puede permitírselo?. La realidad es que el Atlético en las citas grandes falla.
La estructura que tanto defendió Diego Simeone parece resquebrajarse ante el menor choque. La solidez defensiva que una vez le dio identidad ha cedido ante la presión del rival. Y en ataque, las ideas no fluyen, las llegadas son esporádicas y los jugadores que deberían ser referentes pasan a ser meros decorados. Hoy, esa lógica ha explotado. El rival ha marcado, ha dominado fases del partido y se ha llevado el botín con facilidad.
El Atlético no puede permitirse más estos lapsos. En un club que aspira a pelear por lo grande cada temporada, los batacazos como el de hoy dejan un regusto amargo que se repite demasiado a menudo. No basta con la entrega —ni siquiera con la actitud— si no va acompañada de claridad, cohesión y eficacia. Y justo ahí ha fallado.
Cuando el escenario aprieta, cuando las exigencias son máximas, este Atleti parece desmoronarse. La plantilla, las incorporaciones, los nombres… todo importa, pero en el fútbol profesional lo que permanece es el sistema, la disciplina táctica y la mentalidad. Hoy la mentalidad ha titubeado. Se ha visto un equipo que reacciona tarde, que toma decisiones erráticas y que permite al rival sentirse cómodo. Eso en el Atlético no se había visto tan a menudo… o al menos no con tantos síntomas de decadencia.
LIVERPOOL, ENGLAND – SEPTEMBER 17: Diego Simeone, Head Coach of Atletico de Madrid, gestures during the UEFA Champions League 2025/26 League Phase MD1 match between Liverpool FC and Atletico de Madrid at Anfield on September 17, 2025 in Liverpool, England. (Photo by Clive Mason/Getty Images)
Pero más allá de la derrota, lo preocupante es la normalización de este tipo de resultados. Que un equipo de su calibre asuma sin estridencias una derrota de este tipo es, quizás, lo más doloroso. Porque acostumbrarse a perder es renunciar a pelear. Y ese es un lujo que el Atlético no puede permitirse.
Este mal día debe servir de despiadado recordatorio: la temporada es larga, las batallas se suceden y las derrotas no perdonan. Quedarse en la queja o en la tristeza no es una opción. El Atlético debe reaccionar ya, revisar su identidad, silenciar las dudas y volver a lo que le hizo grande: intensidad, orden y puntería. Solo así se podrá convertir un batacazo en motor de recuperación… y no en síntoma de decadencia. El Atlético en las citas grandes falla.
Autor: Alejandro
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