Real Madrid, de profesión resucitador de muertos | OneFootball

Se ha instalado desde hace unos años entre la afición madridista la sensación de que su equipo es especialista en una cosa: en resucitar muertos. Deportivos, claro. Cada vez que tiene que jugar como visitante contra un equipo en estado catatónico, llega el Real Madrid y le da una bocanada de oxígeno. Ante el Liverpool, ante este Liverpool plagado de millones pero sin el histrionismo (también futbolístico) de Jürgen Klopp, el Real Madrid fue, como le llaman los propios hinchas blancos, el Real Madrid ONG.

Quién sabe. Lo mismo Florentino Pérez, que anunciará en la próxima Asamblea del club que el Real Madrid sufrirá una transformación societaria que el socio blanco no quiere que suceda de manera mayoritaria, pretende que la entidad se convierta en eso, en una ONG, pero de manera oficial.

Algún madridista malintencionado apuntaba, cuando el Madrid comenzó a caer lentamente en el partido hasta resultar avasallado pero sostenido por un imperial Courtois, que con tanto techo en el Santiago Bernabéu, a los de blanco se les ha olvidado jugar al aire libre, y más con lluvia. Obviamente no es así, pero lo parecía.

Xabi Alonso tiene trabajo, y es mucho. Todo tiene que ver con la intensidad. Si el rival persigue cada balón como si fuera un galgo persiguiendo un conejo, o sus chicos se esfuerzan al mismo nivel o el equipo estará desconectado. Más aún cuando fue incapaz de generar apenas un par de jugadas de ataque en todo el partido porque, no es ninguna sorpresa, al Real Madrid le falta creación.

Más preocupante son las lagunas, ya casi océanos, de algunos futbolistas. Vinicius hizo un par de diabluras en el arranque pero luego fue una croqueta en el plato de un Bradley que se lo merendó sin miramientos, y sin darle una patadita. Rodrygo aporta lo mismo que admirar un póster de Aitana Ocaña en el vestuario: piensas que este día lo mismo triunfas, pero no pasa nunca. Trent, ante su público, no es que saliera cohibido: es que salió caminando. Huijsen se convirtió en una máquina de perder balones y defensivamente siempre estuvo superado...

Tampoco hay que hacer más sangre: salvo Courtois y Carreras, el resto de jugadores participantes en el encuentro fueron eso, empleados del Real Madrid ONG. Les faltó saltar al campo con un botiquín. O un desfibrilador. Aunque lo mismo, si esto sigue igual, la descarga eléctrica la va a necesitar un Xabi Alonso que sigue sin dar con la tecla.