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La Galerna

·14. September 2024

Ruido

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Buenos días, amigos galernautas. Aunque el portanalista medio está curtido cual queso viejo es cierto que, una vez superado este coitus interruptus de septiembre y atravesado el yermo páramo de este parón de selecciones, cabía esperar mayor ingenio de nuestros confeccionadores de primeras planas en los kioscos de la piel de toro.

Vuelve la Liga, el torneo que verán gratis en Guangzhou mientras Manolo, el del bar de abajo, se dejará más de mil lereles al año en poner el furbo a sus parroquianos. P´al forofo. For the fans, ya saben.


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Así las cosas, tal y como los cuatro jinetes del apocalipsis deportivo diario han perpetrado las portadas, el regreso del Real Madrid al nido liguero de conde-duques y validos de la corte arbitral de Negreira, esta noche en la Bella Easo, nos resulta algo descafeinado. Lo del Pajarito que se convirtió en Halcón a fuerza de comer merengue del AS, y lo de Mbappé, brazos cruzados en postura a imitar en cualquier foto familiar por los sobrinitos de España, son cosas que representan los manidos lugares comunes que tanto frecuenta la prensa de los goles, los canastos y el balón-volea. Sin embargo, si uno saca su lupa detectivesca de Sherlock Holmes galernauta descubrirá en los bajos fondos del Marca la noticia que verdaderamente les excita y que, si fueran suficientemente gallardos, llevarían con honores a primera página.

“El Madrid suspende los conciertos hasta marzo de 2025 como mínimo tras las quejas por el ruido” .

Mucho, mucho ruido

Ruido de ventanas

Nidos de manzanas

Que se acaban por pudrir

Mucho, mucho ruido

Tanto, tanto ruido

Tanto ruido y al final

Por fin el fin

Ruido, que cantaba Joaquín Sabina, colchonero de pro, igual que presuntamente lo es el célebre “Ruido Bernabéu”, impulsor y activista virtual de estas decibélicas protestas vecinales en los aledaños del estadio, de noche, y presunto director de operaciones y negocio del Atlético de Madrid, otrora mano derecha de Tebas, de día. Eso al menos se dice. A fin de evitar suspicacias, sería bueno que el tal “Ruido Bernabéu” revelara quién se haya detrás de ese nick tuitero. El que la agenda del centro neurálgico de una gran ciudad venga marcada por un personaje sin rostro es más propio del mundo del cómic. Estamos en la realidad, no en V de Vendetta, aunque a vendetta contra la estrategia del Real Madrid suenen todos estos esfuerzos por socavar los ingresos extraordinarios del estadio. Ya hay miles y miles de cuentas tuiteras colchoneras y culés celebrando este mero aplazamiento de conciertos.

Urge que vayan a celebrar a Neptuno y Canaletas, respectivamente.

No negamos que habrá vecinos de la zona genuina y legítimamente preocupados por los efectos secundarios de los conciertos masivos en el estadio. Es una pena que estén siendo manejados por intereses oscuros.

Celebramos en cualquier caso la iniciativa del club, el Real Madrid, jamás impuesta por ninguna instancia superior o divina, de enfocar todos sus esfuerzos en corregir este problema, que no sabemos si podría haberse previsto mejor. También el FC Barcelona, en la remodelación de su estadio, podía haber previsto mejor que la esclavitud está erradicada de la faz de la tierra antes de enrolar a obreros en condiciones de semiesclavitud, asunto este que, en cambio, no ha llamado la atención más que de dos medios: El Periódico de Catalunya y, tras él, La Galerna. Eso no ha hecho tanto ruido como los ruidos de Concha Espina, por lo que sea.

El nuevo Bernabéu es un game changer, que apuntaba Jorgeneo en el chat de La Galerna, y eso no pueden soportarlo. Especialmente si eres colchonero. Resulta curioso que, así como corren ríos de tinta en la prensa “seria” por los asuntos vecinales de Concha Espina, los atascazos derivados de las riadas humanas del Wanda, cante Bruce Springsteen o trote Koke Resurrección, no merecen mayor comentario. Ni siquiera de nuestro locuaz alcalde.

Ahora será el ruido, luego el tráfico, después la gente, más tarde los gorgoritos de Luis Miguel y finalmente las palmaditas en el culo de Aitana. No cejarán en su empeño. Mucho está en juego y a veces olvidamos cuán formidable enemigo es el antimadridismo.

Antimadridismo que tan bien encarnan nuestros amics, que andan últimamente relajados, absueltos mediáticamente por sus tropelías y corruptelas, ufanos, paseando por la rambla con bastón y bombín, vestidos un sábado con la camiseta de los domingos. Han ganado cuatro partidos. No descarten que se paseen por Canaletas si ganan en Girona, donde de un tiempo a esta parte se les discute, Puigdemont mediante, la supremacía del fútbol catalán. Por si fuera poco, ahí tienen el Plan Pedri, que no sabemos si incluye Luz de Gas, la disco de Barcelona, donde —qué tiempos aquellos— Laporta se desparramara champán encima cual adolescente en su primer botellón en las fiestas del pueblo.

Nos encanta el Plan Pedri, dicho sea de paso. Se resume en que hay que entrenar.

Bromas al margen, celebramos el regreso al verde del bueno de Ansu Fati, llamado a ser el nuevo Vinícius por los cantamañanas de por allí que frecuentan las tertulias de por aquí, y que lo elevaron al enésimo pedestal de la Masía antes de tiempo. Flaco favor le hicieron. Es bueno en todo caso verle de vuelta.

Resulta curioso cuanto menos que el bueno de Ansu vaya a protagonizar una portada del diario Sport el día después de que Vitor Roque —otro nuevo Vinícius— mojara con la camiseta del Betis. La broma les costó 60 palancazos, recuerden.

Tigrinho ha rugido.

Y eso hace ruido.

Pasad un buen día.

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