SoyDe2A
·13. November 2025
Se prometió un estadio de Champions y aún se buscan las excavadoras

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·13. November 2025

Se anunció que el Estadio de Gran Canaria sería emblema del Mundial 2030 y motor económico de la isla; hoy las pancartas abogan por prisas y no se ven grúas. ¿Dónde está el compromiso de quienes lo prometieron?
Pero la realidad isleña, y más aún la grancanaria, sigue siendo otra: una isla que vive de promesas y bocetos, mientras espera que lo anunciado se haga visible. Sí: el Cabildo aprobó un gasto de 101,2 millones de euros para la reforma del estadio. Y sí: la primera licitación se abrió para la demolición de la Torre Este a finales de 2025. Pero entre el “aprobar”, el “presentar” y el “abrir expediente”, la cuenta pública y social no entiende de fases: quiere ver cantos rodados, grúas, polvo y avance.
El discurso estuvo cargado de bandera canaria y ambición. Miguel Ángel Ramírez, en la presentación del proyecto “La Nube”, no se anduvo por las ramas: “por fin se corregirá un error histórico”, dijo. Desde los atriles del Cabildo, el presidente Antonio Morales habló de “una de las sedes más sólidas” y la meta de tener la obra concluida antes de 2029.

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales; el consejero de Deportes, Aridany Romero; el presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, Miguel Ángel Ramírez; el máximo responsable del Club Baloncesto Gran Canaria, Sitapha Savané; y el presidente de la Federación Interinsular de Fútbol de Las Palmas, José Juan Arencibia, durante la presentación de la imagen corporativa de Gran Canaria, una Isla Mundial 2030 / Archivo Cabildo de Gran Canaria
Aquí lo que molesta al aficionado y al ciudadano de la isla es que gran parte de esa inversión aparente y esos titulares tienen sabor a camello político: “estamos en fase cero”, dice un consejero. ¿Y mientras tanto? Se mantiene al equipo que preside Ramírez como “inquilino” del estadio y se le recuerda que el Cabildo ejecuta la obra. Todo son fotos de maqueta, vídeos de drones y promesas de aforo 44 484 espectadores, techo futurista y “top 20 mundial” como si la isla fuese un metro cuadrado más de Madrid y Barcelona.
Mientras tanto, el tiempo pasa y la competitividad de las Islas Canarias no espera. Cuando Ramírez señaló en 2023 que “si no se dilata en el tiempo” la candidatura de Gran Canaria tenía muchas posibilidades, lo hacía en presente. Hoy eso suena a “si no se dilata más”. Y la afición no quiere seguir siendo excusa del discurso: quiere la obra. Porque en Canarias ya conocemos cómo empiezan proyectos con bombo y se quedan en litografía de trenes eternos, parques abandonados o estadios pintados con líneas de tiza.
Por todo ello, cabe preguntarse: ¿quién gobierna este proyecto? ¿Ramírez con su megastadio de ensueño? ¿El Cabildo con sus programas plurianuales? ¿O el Gobierno de Canarias y sus presupuestos con aportaciones al filo del calendario? Que cada institución asuma su parte, firme calendarios visibles y comunique de verdad: la Isla no pide otra maqueta; pide obra. Una que la campaña electoral no pueda borrar.

Imagen de UDLasPalmasNet.com
En el fondo, la pregunta es simple y sincera: Gran Canaria tiene el futuro ante ella… ¿pero el estadio lo tendrá? O será otro título foráneo que se quedó en promesa. Y en esta tierra nuestras expectativas merecen más que un boceto; merecen un compromiso. Ya no basta con prometer. Aquí se trabaja o se ve claro que no.









































