Balonazos
·10. August 2025
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El fútbol venezolano ajusta sus nóminas como es usual. El Deportivo Táchira, uno de los clubes más laureados y con mayor tradición del país, parece estar moviendo sus fichas en el mercado de pases con miras a reforzar su plantilla de cara a los próximos desafíos. Los rumores cada día toman más fuerza y apuntan a dos nombres que resuenan en la mente de los aficionados:
Adalberto Peñaranda y Eric Ramírez, serían los dos o uno de los dos; ambos, talentos nacidos y formados en Venezuela, han tenido trayectorias que los llevaron a Europa, y ahora, la posibilidad de un regreso a casa genera una mezcla de ilusión y debate.
Para el aurinegro, sumar a jugadores con experiencia internacional no solo significa un salto de calidad en lo deportivo, sino también un mensaje claro de ambición. La afición, conocida por su pasión inquebrantable, sueña con ver a estos dos nativos vestir la camiseta de uno de los equipos más importantes del país, una decisión que podría revitalizar sus carreras y, a la vez, fortalecer el fútbol nacional.
El caso de Adalberto Peñaranda es, sin duda, uno de los más fascinantes del fútbol venezolano reciente, esto debido a su irrupción meteórica, pues apenas con 18 años, destacaba en la primera división española con el Granada, luego, en 2017, fue pieza clave en aquella Vinotinto Sub-20 que nos llevó a la histórica final del Mundial, un hito que lo catapultó a la élite juvenil.
Su velocidad, habilidad en el regate y su olfato goleador lo proyectaban como la próxima gran estrella del país. Sin embargo, su carrera tomó un rumbo inesperado. Una serie de decisiones y una mentalidad que muchos consideraron poco profesional lo alejaron del foco mediático y de la alta competencia. El talento nunca estuvo en duda, pero su comportamiento fuera de la cancha le impidió consolidarse en Europa.
Ahora, el Deportivo Táchira se presenta como una oportunidad de oro para él. Un entorno familiar, una hinchada que lo conoce y la presión de un club grande podrían ser el catalizador que necesita para retomar el camino y demostrar por qué en su momento fue considerado una de las mayores promesas de su generación.
A diferencia de Peñaranda, Eric Ramírez ha construido su carrera con base en la constancia, el esfuerzo y la disciplina. El delantero, que también tuvo su paso por Europa en clubes como el Dinamo de Kiev y el Sporting de Gijón, ha demostrado ser un profesional enfocado en lo futbolístico. Su rendimiento, aunque con altibajos, siempre ha estado respaldado por un trabajo incansable dentro del campo.
Ramírez representa el tipo de jugador que, sin el brillo mediático de otros, se gana un lugar a base de goles y entrega. Para el Táchira, su llegada significaría asegurar a un delantero con recorrido, que entiende el juego y que puede aportar tanto en la finalización como en la construcción de jugadas. Su experiencia en el extranjero, sumada a su madurez deportiva, lo convierten en una pieza muy atractiva para cualquier técnico que busque equilibrio y efectividad en su ataque.
La posible llegada de Peñaranda y Ramírez al Deportivo Táchira no es solo un movimiento en el mercado; es una apuesta, una jugada por el talento venezolano que, si bien se fue a probar suerte fuera, podría encontrar en el país la plataforma ideal para relanzar sus carreras. Para los aficionados, sería el regreso de dos de sus hijos pródigos, con la esperanza de que su experiencia en el exterior se traduzca en títulos para el Carrusel Aurinegro, el tiempo dirá si estos rumores se concretan y si el Táchira se convierte en el hogar de dos de los nombres más interesantes del balompié nacional. ¡Veremos!
Comentarios del Fútbol Sin Pausa a @nestor_beaumont