Coincidió con Messi en Barcelona, no juega desde 2023 y espera UN MILAGRO para volver al fútbol | OneFootball

El delantero español Gerard Deulofeu atraviesa un periodo muy angustiante que puso en jaque su futuro como futbolista porque pasó de compartir vestuario con Lionel Messi en Barcelona y levantar títulos en Europa a enfrentarse a un problema médico que lo alejó de las canchas durante años.

La pesadilla comenzó en enero de 2023, cuando defendía la camiseta de Udinese y sufrió una grave lesión en la rodilla durante un partido ante Sampdoria. Aquella rotura derivó en una infección poco común que transformó la recuperación en un camino incierto y doloroso.

El diagnóstico fue tan severo que el propio jugador lo describió como una incapacidad casi permanente. En diálogo con Flashscore, explicó que el cartílago se infectó tras la rotura de ligamento cruzado y comparó la situación con “tener una prótesis en la rodilla”, una imagen que refleja la magnitud del problema.

Más allá de lo físico, el impacto emocional fue devastador. En medio de tratamientos poco convencionales, el atacante admitió: “No puedo contar la de veces que he pensado en dejarlo… pero esta experiencia me ha hecho de piedra”. Y, al referirse al dolor de sentir “hueso contra hueso”, agregó: “Lucho contra la biología».

La incertidumbre también atraviesa su vida familiar. El futbolista confesó que sus hijos, que siempre lo vieron como jugador, hoy le piden que vuelva a la cancha. “Eso me rompe el corazón”, reconoció al describir una motivación tan fuerte como angustiante.

Con el correr de los meses, aparecieron señales alentadoras. El español confirmó que la zona del cartílago ya muestra curación y explicó el nuevo objetivo: fortalecer el músculo para poder entrenar en doble turno. “Antes me ejercitaba un día y paraba dos; ahora la rodilla reacciona bien”, señaló, aunque aclaró que el regreso todavía se ve lejano.

Desde Udinese acompañan el proceso con paciencia y esperanza. Gökhan Inler, jefe del área técnica, aseguró en AS: “Nunca lo abandonamos, sigue con nosotros. Entrena todos los días y le damos energía para que pase el ‘milagro’”. Incluso remarcó que, si logra volver, sería un récord por el tiempo de recuperación.

Después de más de dos años sin competir, el futuro sigue abierto. No hay fechas ni certezas, pero sí una convicción intacta: pelear hasta el final para volver a sentirse futbolista, aun cuando el cuerpo imponga límites difíciles de desafiar.