Crisis en el Manchester United tras ser elimandos de la Carabao Cup | OneFootball

La temporada apenas comienza y el Manchester United ya está envuelto en una tormenta interna. La inesperada eliminación en la Carabao Cup ante el modesto Grimsby Town, sumada a un arranque gris en la Premier League (un punto de seis posibles), ha encendido las alarmas en Old Trafford y dejado al técnico Ruben Amorim en el ojo del huracán.

Tras la derrota en penales frente al club de cuarta división, Amorim no se guardó nada y puso en duda el compromiso de sus jugadores “Si la directiva y los aficionados creen que no soy el hombre adecuado, me iré sin discutir. Mis jugadores hablaron muy alto con su actuación. Si no damos la cara en momentos así, está claro que algo tiene que cambiar. Y no van a ser 22 jugadores otra vez”.

Las palabras del técnico portugués sonaron a acusación directa. La falta de reacción sobre el césped refuerza los rumores de un vestuario dividido, una narrativa que gana fuerza desde hace meses y que ahora estalla con esta eliminación.

El United invirtió alrededor de 260 millones de dólares en reforzar su ataque con Benjamin Sesko, Matheus Cunha y Bryan Mbeumo, pero dejó sin atender otros problemas graves: un mediocampo sin profundidad, una defensa debilitada por la ausencia de Lisandro Martínez y una portería cuestionada con André Onana en el centro de las críticas.

La falta de equilibrio se refleja en los resultados: el equipo no consigue dominar los partidos y sufre ante rivales de menor jerarquía.

Amorim llegó como la gran apuesta tras la salida de Erik ten Hag, pero hoy parece aislado, sin resultados que respalden su proyecto ni la certeza de contar con la confianza de todo el vestuario.

Old Trafford vuelve a temblar: la afición está dividida, la directiva guarda silencio y el entrenador portugués se juega su futuro inmediato en un entorno cada vez más hostil. La gran incógnita ya no es si el United reaccionará en lo deportivo, sino si Amorim logrará sobrevivir a la crisis.