CRÓNICA. El Atlético salva la papeleta en el Bernabéu y sueña con el Metropolitano | OneFootball

La consigna de la ida de los octavos de final de la Champions era clara, salir con la eliminatoria viva, de cara a lo que suceda la semana que viene en el Metropolitano. Y a pesar de la derrota por tan solo un gol de diferencia del Atlético (2-1), los pupilos del Cholo Simeone mantienen todas las opciones en la eliminatoria de Champions ante el Real Madrid.

Después de la remontada en Montjuic en la ida de la Copa, y los finales enérgicos que siempre tiene el Atleti, hizo que siempre estuviésemos esperando un último gol que silenciase el estadio blanco, pero hay que pensar que esto no es a 90 minutos, sino a 180. Y el resultado no es malo, aunque el momento en el que llegaba el Atleti y la tremenda moral con la que se afrontaba la eliminatoria deja un poso agrio, por las ganas que había de ganar al Real Madrid en su feudo.

Pronto se torcieron los deseos de los miles de colchoneros que dieron cita en el Bernabéu y que dieron aliento al Atleti. Rodrygo cogió la espalda a Galán y por la banda derecha entró como una bala, para cortar hacia el área y lanzar un misil a la portería de Oblak. Era el minuto 3 y tocaba remar. Fue un duro golpe que acusó el equipo, no logrando hilvanar jugadas de peligro en los primeros compases del partido, todo lo contrario del equipo blanco, que generó alguna que otro compromiso a la defensa colchonera.

Pero con el transcurso de los minutos, el Atlético se desperezó y tomó más el control del juego, hasta que lograr el empate a la media hora de juego, gracias a una genialidad de Julián Álvarez. El argentino tomó el balón en la banda derecha, se adentró en el área y cruzó la pelota ante Courtois, sin que nada pudiera hacer el guardameta blanco. Un empate justo, que dejaba en el aire el resultado de cara a la segunda mitad.

El peso del partido de la vuelta marcó la segunda mitad

En la segunda mitad había dos almas, como una moneda con dos caras. Por un lado, Real Madrid y Atlético querían ganar el choque (como buen derbi que era). Pero, por otro lado, estaba el partido de vuelta. No había que volverse loco, y pensar que sucediese lo que sucediese, hoy no se definiría la serie. Eso ocurrirá la semana que viene en el Metropolitano.

Pero el Madrid quiso dejar su marca en su casa y empujó, sabedor que el Metropolitano será un infierno para ellos. Y por ello empujaron y de una defensa un poco timorata, Brahim Díaz se la guisó y la comió y ponía por delante a los blancos.

Los cambios colchoneros buscaron más mordiente, queriendo no caer ante el eterno rival, y lograron tener algo más de posesión y algo más de ocasiones. Ocasiones, sin llegar a poner en apuros a Courtois, al margen de una clara ocasión de Griezmann, antes de ser sustituido.

Ni Correa, ni Sørloth pudieron darle el gol en los últimos minutos que en otras ocasiones si han conseguido. Pero el resultado no es malo. Tan solo un gol de diferencia de cara a la vuelta en casa. Sobre todo teniendo en cuenta que en la penúltima jugada, en el penúltimo suspiro, el Madrid pudo poner el tercero. Todo tras un pase desde línea de fondo a Vinicius, que tan solo Marcos Llorente pudo frenar. Pero de no haberlo hecho, hubiese dejado un sabor mucho más amargo a las aficionados rojiblancos.

Queda la vuelta, queda el Metropolitano, pero antes… Getafe.