El Albacete abre camino a Marcos Moreno | OneFootball

A veces, dar un paso al lado es la mejor forma de tomar impulso. Y eso es lo que ha decidido el Albacete Balompié con uno de sus jóvenes talentos más prometedores: Marcos Moreno. El delantero, que ha deslumbrado en el filial y ha dejado destellos en el primer equipo, saldrá cedido esta temporada 2025-26. Lo hará en busca de minutos, confianza y rodaje. Una decisión estratégica que habla más de fe que de distancia. Más de futuro que de presente inmediato.

Nacido en 2003, formado en la cantera manchega y con el gol como compañero de viaje. Marcos Moreno ha sido una de las joyas de la casa que más han ilusionado en los últimos años. Con 1,84 metros de altura, buen juego aéreo y una capacidad de desmarque que le hace letal en transiciones. Ha ido quemando etapas con madurez. En la última temporada con el Atlético Albacete en Tercera RFEF anotó 12 goles en 25 partidos. Algo que le valió su debut oficial con el primer equipo en Segunda División.

El espejo del Belmonte y el salto que exige el fútbol profesional

Aunque su irrupción generó expectativas, la realidad del fútbol profesional es exigente. La competencia en la delantera del Albacete es feroz, con jugadores como Higinio Marín ocupando los focos y el protagonismo ofensivo. En ese contexto, la dirección deportiva ha optado por una solución habitual pero necesaria. Cederlo a un club en el que pueda sumar minutos, acumular experiencia y volver con galones.

Jugará en Primera RFEF, una categoría ideal para consolidar su crecimiento sin perder de vista la exigencia del fútbol competitivo. El Talavera se ha llevado el gato al agua, sabedor de su potencial y su margen de mejora. La idea es clara. Que Marcos tenga un papel protagonista en un entorno donde el error no penalice tanto y el aprendizaje sea continuo.

Una cesión con lógica y con horizonte para el Albacete

Desde el club se ha trasladado un mensaje de confianza. La cesión de Marcos Moreno no es un adiós, es un «hasta pronto» con matices de apuesta clara. El cuerpo técnico confía en su evolución, y la dirección deportiva lo ve como un proyecto firme para el medio plazo. El contrato del jugador se extiende hasta junio de 2027, lo que demuestra la voluntad de mantenerlo ligado al proyecto albacetista más allá de esta cesión.

La operación tiene sentido desde todos los ángulos. Para el jugador, supone escapar del banquillo y los minutos residuales, y poner a prueba sus virtudes en un contexto real. Para el club, es una forma de cuidar su patrimonio sin quemarlo antes de tiempo. Y para el fútbol, es la oportunidad de seguir formando a un delantero con cualidades que escasean: instinto goleador, humildad para trabajar y capacidad de mejora.

Sembrar para recoger: la filosofía de un club con identidad

El Albacete siempre ha sido una tierra fértil para los delanteros. De sus raíces brotaron figuras como Calle, Rubén Cruz o Zozulia, cada uno con su estilo, pero todos con una conexión especial con la grada. Marcos Moreno aún no ha escrito su capítulo en el Belmonte, pero la tinta está lista y la historia por empezar. Esta cesión no es una despedida. Es la travesía del héroe, ese viaje necesario para volver más fuerte, más curtido, más preparado.

En un mundo donde todo parece inmediato, el Alba apuesta por el tiempo, por el proceso. Porque formar a un delantero no es cuestión de prisas, sino de mirada larga. Y Marcos Moreno, con sus botas llenas de ilusión y su cabeza puesta en crecer, tiene todo lo necesario para ser uno de esos regresos que saben a justicia. El Belmonte esperará. Porque los caminos que se recorren con sentido, tarde o temprano, vuelven al origen. Y Marcos tiene todo para que ese regreso sea por la puerta grande.