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·8 December 2025

El Celta desnuda al Madrid de Xabi

Article image:El Celta desnuda al Madrid de Xabi

Dos goles de Swedberg agravan la crisis blanca, faltos de interés hasta verse por debajo y con diez. Lesión de Militao y expulsiones de Fran García y Carreras. Los gallegos, sobresalientes

Entre San Mamés y el City, el Madrid decidió tirar la Liga. Con un fútbol plomizo, discreto, escaso de ritmo con y sin balón, cedió su primera derrota en el Bernabéu de mala manera. Una vuelta al pasado que le cuesta aumentar la distancia en Liga con el Barça. Concedió con desidia el primer tiempo y cuando quiso reaccionar se vio con 0-1 y en inferioridad. Fue mejor el Celta, que jugó mucho y bien, con Borja Iglesias como punto de fuga, magnífico en la salida, y Bryan Zaragoza como elemento de desequilibrio. Un equipo completo, solidario, sin complejos, capaz de sacar los colores a un Real Madrid que se ha desplomado en el último mes. Seis puntos de 15 son números de dimisión liguera.


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Por lesión o por fatiga, Xabi Alonso volvió a agitar el once inicial, también con la perspectiva del choque del City, que llegará con un día más de descanso al Bernabéu. Ligas que cuidan a sus clubes, Ligas que no. El caso es que colocó a Asencio de lateral, a Carreras de central e incluyó a Fran García en la izquierda. Valverde, capitán, ocupó el interior diestro, con Bellingham repitiendo puesto y misión de interior zurdo, como en San Mamés. En nada se pareció un partido al otro. Con el Celta bien plantado, tratando bien el balón, y con el Madrid menos intenso de salida, tuvo dos ataques notables de salida el equipo celeste, primero con Bryan Zaragoza como agitador, y después con Pablo Durán al espacio. Un balón largo al de Tomiño obligó a Militao a evitar el mano a mano poniendo en riesgo fibras y tendones. Salvó el gol y perdió el muslo. Roto. Rüdiger al césped.

Justo es reconocer que la gran ocasión del tramo inicial fue blanca. Fue un cabezazo de Bellingham que sacó Radu con una mano estupenda. Tiene el Celta un portero que da puntos, porque los gallegos, disciplinados en el repliegue y rápidos en la salida, no estuvieron muy finos en el último pase.

Volvió el Madrid a ese ritmo de balón lento. Mucho pase de seguridad y poco movimiento al espacio. Todo muy parecido a lo de años anteriores, confiando la solución del problema al chispazo de talento individual. Así pudo llegar el 1-0 con un pique de Vinicius a la espalda de Starfeld, el pase atrás, la dejada de Mbappé a Arda y el turco, solo pero forzado, remató fuera. La respuesta céltica no fue mala. Bajó a recibir a la medular Borja Iglesias, se giró y metió un pase milimétrico para el mano a mano de Pablo Durán, que remató con cierta blandura. Cierto es que el extremo gallego estaba renqueante desde el primer minuto. Y cierto est también que Radu aseguró el 0-0 tras un remate cruzado de Vinicius, en un pase largo de Tchouaméni. Lo dicho. Chispazos sin la continuidad ni la sensación de dominio que ofrecía el equipo al principio de temporada, cuando corrían todos. Que el Madrid de Xabi Alonso era aquello.

Swedberg entró tras el descanso por Pablo Durán. Y pareció subir un punto la intensidad blanca en la presión. Probó la volea Valverde y atajó Güler. Faltaba último pase, mientras el Celta salía bien, aprovechando los espacios. Cortó Carreras un pase de gol de Bryan Zaragoza en un tres para dos. Calentó Rodrygo y estaba a punto de salir cuando el Celta incendió el Bernabéu. Fue en otro ataque aseado, de toque y movimiento hasta desembocar en Bryan Zaragoza. El extremo, en su mejor tarde desde que viste de celeste, metió el pase tenso en paralelo y remató Swedberg, pura clase, entre el exterior y el tacón. Golazo. Revancha para un futbolista al que no le pitaron en el mismo escenario un penalti clamoroso el año pasado en Colpa. Un minuto después, en pleno calentón blanco, Fran García vio la amarilla al cortar una pared. En la siguiente, el lateral acudió a destiempo, cogió tobillo. Segunda. A la calle.

Se ponía imposible. O sea, que se enchufó el Bernabéu, crítico hasta entonces. Pagó parte de su frustración con el árbitro, Quintero, que cortó un ataque blanco por falta… a Carreras. La tuvo Mbappé, tras un servicio largo de Rüdiger dificilísimo de controlar. Lo hizo, y ante la salida de Radu, tiró el globo que se fue por encima del larguero. Metió cambios Giráldez para asegurar el balón, si es que no lo tenía seguro ya, y el Madrid se fue diluyendo con los minutos. El sainete de Quintero en los últimos minutos, con la expulsión de Carreras por protestar y el rosario de tarjetas, no afea la victoria de un Celta brillante, con un segundo gol espléndido de nuevo de Swedberg, que entró andando con el balón controlado tras eludir a Courtois. El Madrid es caótico, con Vinicius yendo a calmar a Bellingham. Está en crisis. Y el miércoles llega Guardiola. Agárrense, que vienen curvas. 

/Marca

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