Anfield Index
·26 December 2025
El gasto de enero del Liverpool deja poca esperanza antes del mercado

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·26 December 2025

Con enero acercándose de nuevo, el Liverpool se prepara para una conversación familiar. Aficionados, analistas y clubes rivales observan de cerca para ver si el enfoque comedido del club en invierno cambiará por fin a medida que se acerca 2026. La historia reciente sugiere cautela más que urgencia, pero las circunstancias dentro y fuera de Anfield podrían forzar un cambio de rumbo.
El gasto de Liverpool en enero durante las últimas tres temporadas se ha convertido en un punto de referencia más que en una nota al pie. Es una tendencia que refleja estrategia, confianza en la profundidad de la plantilla y, en ocasiones, aceptación de un riesgo a corto plazo. A medida que el calendario se acerca a 2026, ese enfoque está cada vez más bajo escrutinio.

La actividad del Liverpool en las tres últimas ventanas de enero dibuja un panorama claro. Dos de ellas pasaron sin pagar una sola tarifa de traspaso entrante, mientras que la tercera estuvo definida por un único fichaje específico en lugar de una renovación amplia de la plantilla.
En enero de 2023, el Liverpool comprometió £35 millones en una incorporación en ataque procedente del PSV. Ese acuerdo se ha considerado internamente como impulsado por el valor más que reactivo, alineado con principios de captación centrados en el perfil de edad, la adaptabilidad y la contribución a largo plazo. No hubo operaciones posteriores, ni un sprint de última hora ni intentos de abordar múltiples áreas en una sola ventana.
Enero de 2024 siguió un guion distinto, al menos en cuanto a resultados. El Liverpool competía cerca de la cima de la Premier League, pero optó por no reforzarse a mitad de temporada. El club autorizó salidas y cesiones, pero mantuvo el gasto en cero, una decisión que sorprendió a algunos dada la agenda congestionada y la fatiga visible en ciertas posiciones.
Ese patrón se repitió en enero de 2025. Pese a altibajos de forma y a las crecientes exigencias físicas sobre la plantilla, el Liverpool volvió a resistirse al mercado. Sin gastos en incorporaciones, con salidas permanentes mínimas y una clara preferencia por reevaluar en verano en lugar de reaccionar en invierno.
A lo largo de tres ventanas de enero, el gasto total asciende a £35 millones. Para un club que opera de forma consistente en la élite del fútbol inglés y europeo, esa cifra sigue llamando la atención.
La contención invernal del Liverpool no ha sido accidental. El club sigue viendo enero como un entorno difícil para extraer valor, especialmente en el caso de jugadores capaces de mejorar de inmediato el primer equipo. Precios premium, disponibilidad limitada y clubes vendedores reacios han moldeado el pensamiento interno.
También hay confianza en la planificación a largo plazo. La captación se ha estructurado en torno a las ventanas de verano, considerando enero como contingencia más que como pilar. Rara vez se han considerado las lesiones y los bajones de forma razones suficientes para desviarse de ese marco.
Sin embargo, el contexto de cara a 2026 es sutilmente diferente. Los plazos contractuales, los perfiles de edad de la plantilla y la evolución de la propia Premier League están ejerciendo nueva presión sobre los ciclos de reclutamiento. Los rivales son cada vez más agresivos en los mercados de invierno, utilizando el gasto de enero para estabilizar temporadas o impulsar remates por el título.
La reticencia del Liverpool se ha interpretado, en ocasiones, como disciplina. En otras, se ha enmarcado como un riesgo que podría estrechar los márgenes en momentos decisivos.
De cara a enero de 2026, confluyen varios factores. La plantilla entra en otra fase de transición, con ciertas figuras veteranas gestionando cargas de trabajo y a los jóvenes pidiéndoseles asumir mayor responsabilidad. La profundidad sigue siendo sólida sobre el papel, pero la disponibilidad ha resultado impredecible en campañas recientes.
También está el panorama competitivo más amplio. La regulación financiera no ha reducido el gasto en la liga tan drásticamente como se anticipó. En su lugar, lo ha reconfigurado. Los clubes priorizan la acción temprana, distribuyen costes y asumen riesgos calculados a mitad de temporada.
El debate interno del Liverpool, por tanto, tiene menos que ver con abandonar principios y más con el momento. El gasto en enero no necesita ser imprudente para ser eficaz. Una única incorporación bien calibrada puede reorientar el impulso, especialmente cuando los márgenes en la élite son cada vez más estrechos.
Si ese ajuste llega en 2026 está por verse. Lo que está claro es que la conversación sobre el gasto de enero en el Liverpool ya no es hipotética. Se sustenta en precedentes, está moldeada por la necesidad y enmarcada por expectativas que no dejan de crecer.
Enero de 2026 puede no marcar una ruptura drástica con el enfoque establecido del Liverpool, pero podría señalar una evolución. La flexibilidad, más que el volumen, será el tema probable. La captación selectiva, las operaciones oportunistas y la disposición a actuar cuando las condiciones se alineen podrían definir la ventana.
Por ahora, la historia reciente del Liverpool ofrece claridad más que certeza. Un fichaje de pago en tres ventanas de enero habla por sí solo. Si esa historia suma un nuevo capítulo en 2026 dependerá de la forma, la condición física y el apetito del club por actuar cuando la oportunidad se encuentre con la necesidad.
Este artículo fue traducido al español por inteligencia artificial. Puedes leer la versión original en 🏴 en este enlace.









































