El Granada convence al ariete colchonero que ya conquistó Segunda | OneFootball

El invierno no perdona a los indecisos. En Granada lo saben. El frío aprieta, la clasificación aprieta aún más y el Granada CF ha entendido que no había tiempo para medias tintas. Por eso, el primer movimiento de este mercado invernal no es uno cualquiera. Es un golpe sobre la mesa. Un fichaje que habla de urgencia, pero también de convicción.

Carlos Martín ya es jugador del Granada CF. Un delantero de 23 años, propiedad del Atlético de Madrid, que llega para poner fuego donde había ceniza. No es una apuesta a ciegas ni un nombre escogido al azar: es un futbolista que ya sabe lo que es dominar los códigos de LaLiga Hypermotion, sufrirla y, sobre todo, marcar diferencias en ella.

Un delantero que ya dejó huella en Segunda

Carlos Martín no necesita carta de presentación en la categoría. Su paso por el CD Mirandés en la temporada 2023-24 fue una demostración de madurez competitiva impropia de su edad. Allí mostró algo que no se aprende: el instinto para atacar espacios, la capacidad para aparecer donde duele y una relación con el gol que convirtió cada transición en una amenaza.

No es un delantero estático ni de área cerrada. Vive en el desmarque, en la ruptura, en ese segundo de ventaja que separa al goleador del defensor. En una Segunda División donde los partidos se deciden muchas veces por detalles mínimos, Carlos Martín ofrece justo eso: la capacidad de inclinar el campo con una sola acción.

El Atlético no le daba minutos, el Granada le da un propósito

En el Atlético de Madrid, la competencia y el contexto no le estaban permitiendo crecer. Sin minutos no hay evolución, y sin evolución no hay futuro. El Granada ha sabido leer ese escenario y convencer al futbolista de que Los Cármenes puede ser el lugar donde volver a sentirse protagonista.

La operación se cierra como una cesión con opción de compra obligatoria en caso de ascenso, cifrada en torno a los 3 millones de euros. Una cifra importante, sí, pero que explica la fe que el club deposita en su nuevo delantero. Aunque hoy el objetivo del ascenso parezca lejano, el mensaje es claro: el Granada quiere volver a construir desde el talento, no desde la resignación.

Encaje táctico y liderazgo ofensivo

El Granada necesitaba algo más que gol. Necesitaba un referente ofensivo capaz de sostener al equipo cuando el partido se empantana. Carlos Martín llega para ser ese faro. Su movilidad permite liberar a los extremos, su amenaza constante obliga a las defensas a recular y su lectura del juego mejora a quienes le rodean.

Además, su conocimiento de la categoría reduce el periodo de adaptación. Sabe lo que es jugar en campos difíciles, con ritmos bajos y duelos físicos constantes. No viene a aprender; viene a rendir.

Un fichaje que marca el tono del mercado

Este no es un movimiento aislado. Es el primero de los tres refuerzos que el Granada perseguía, y probablemente el de mayor impacto. Porque los equipos se construyen desde atrás, sí, pero se salvan y se levantan desde el gol. Y Carlos Martín representa esa esperanza.

En un mercado donde muchos esperan, el Granada actúa. En una temporada donde el margen de error es mínimo, apuesta por alguien que ya ha demostrado que puede marcar diferencias en esta liga interminable y cruel.

El fuego está encendido

Carlos Martín llega con hambre, con pasado reciente que avala su fichaje y con un reto mayúsculo por delante. Quizá el ascenso sea hoy un sueño lejano, pero los sueños solo sobreviven si se alimentan.

El Granada ha puesto la primera chispa. Ahora, el balón dictará sentencia.