Fortaleza 1 – Nacional 5 : RUGIDO VERDE EN LA CAPITAL | OneFootball

Por: Juan Felipe Velásquez.

La noche bogotana fue testigo de un espectáculo verdolaga que dejó huella. El Atlético Nacional, con una demostración de fútbol contundente y eficaz, aplastó a Fortaleza en su propio feudo, desatando una ola de júbilo entre su fiel hinchada. El 1-5 final no solo fue un resultado, sino una declaración de intenciones: este equipo, bajo la batuta de Javier Gandolfi, está decidido a escribir su propia historia de gloria.

El despliegue individual fue superlativo. Edwin Cardona, el director de orquesta, brilló con luz propia. Su doblete, uno de ellos un penal ejecutado con maestría, y su asistencia, fueron la prueba irrefutable de su calidad y liderazgo. Marino Hinestroza, un torbellino en la banda, desbordó una y otra vez, dejando a la defensa rival sin respuestas. La solidez defensiva, con David Ospina como garante de seguridad, y la efectividad en el ataque, fueron los pilares de una victoria que resonó en todo el país.

Pero más allá del resultado, lo que ilusiona es la propuesta futbolística. Un Nacional que combina la posesión con la verticalidad, que aprovecha los espacios y que no perdona frente al arco rival. Un equipo que se muestra sólido en defensa, creativo en el medio campo y letal en ataque. La mano de Gandolfi se nota en la organización táctica y en la confianza que transmite a sus jugadores.

Sin embargo, la euforia no debe nublar la visión. Este triunfo es un paso importante, pero el camino hacia la consecución de los objetivos es largo y tortuoso. La regularidad y la consistencia serán fundamentales para mantener el nivel de juego y superar los desafíos que se presenten. La rotación del equipo, una muestra de la inteligencia del cuerpo técnico, será clave para mantener la frescura y la competitividad a lo largo de la temporada.

La hinchada, que respondió de manera masiva en El Campín, merece ser testigo de la grandeza de su equipo. Su apoyo incondicional es el motor que impulsa a los jugadores a dar lo mejor de sí. Pero también es necesario que la exigencia esté presente. Nacional no puede conformarse con victorias aisladas. Debe aspirar a la excelencia en cada partido, en cada jugada, en cada minuto.

El nivel superlativo mostrado por jugadores como Marino Hinestroza y Andrés Román no ha pasado desapercibido. Su rendimiento excepcional los coloca como serios candidatos a integrar la Selección Colombia en la próxima convocatoria. La posibilidad de que Nacional aporte talento al combinado nacional es un motivo de orgullo y un reflejo del buen trabajo que se está realizando en el club. La continuidad de este nivel individual y colectivo será fundamental para consolidar su presencia en la selección y para que Nacional siga siendo un referente en el fútbol colombiano.

Mirando hacia el horizonte, la Copa Libertadores 2025 se presenta como un desafío mayúsculo. Conscientes de la disparidad económica frente a los gigantes brasileños, la clave radica en la consolidación de un proyecto colectivo sólido. Un proceso bien estructurado, que priorice la formación de talento y la cohesión del equipo, permitirá a Nacional competir de igual a igual. La historia nos ha demostrado que, con convicción y trabajo en equipo, las diferencias se acortan. Nacional tiene la obligación de soñar en grande y aspirar a las instancias definitivas de la Copa.

El próximo reto, América de Cali, será una prueba de fuego para este equipo. Un clásico que exigirá concentración, entrega y la misma hambre de gloria que se vio en Bogotá. La oportunidad de consolidar el buen momento y de seguir construyendo un camino hacia la cima.