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·7 February 2025
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Apenas corría el minuto 8 del partido entre el Valencia y el Barça correspondiente a los cuartos de final de la Copa del Rey cuando la polémica dijo presente. Hugo Guillamón realizaba una salvaje entrada a destiempo y desproporcionada sobre Pedri, cazando con un planchazo al canario en el pie de apoyo y dejándole tendido sobre el césped de Mestalla.
Inexplicablemente, el árbirtro principal Miguel Ángel Ortiz Arias, que estaba a un metro de la acción, deliberadamente decidió no pitar ni falta y sólo detuvo el encuentro para chequear el estado físico del tinerfeño, que se salvó de una lesión de gravedad porque justo había levantado el pie derecho para hacer un pase.
Mientras Pedri era atendido, el juego prosiguió, a la espera de que el VAR interviniera para invitar al colegiado a revisar la jugada. Sin embargo, y de manera insólita, todo el cuerpo arbitral optó por ignorar la brutal patada de Guillamón y el jugador no vio ni la tarjeta amarilla cuando, de cumplirse el reglamento, debía haber sido expulsado.
La gravedad de la infracción fue tal, que Iturralde González, exárbitro y analista arbitral de la Cadena SER y el Diario AS, aseguró que "en mi opinión, es una jugada brusca y grave. Va al suelo con una fuerza excesiva con la plancha por delante y a una altura considerable. El árbitro está tan tan cerca, que la perspectiva de ver los dos cuerpos y el impacto siempre es menor. Esas jugadas estando a 10-15 metros las ves mucho mejor. En mi opinión, el VAR tenía que avisarle".
No obstante, una vez más el juez principal y el encargado del VAR, que en Mestalla fue el madrileño Valentín Pizarro Gómez, perjudicaron al Barça con una decisión inentendible. Por fortuna, Pedri pudo reincorporarse y seguir en el partido, que a la postre terminó en un triunfo azulgrana, quienes debieron haber jugado con uno más desde el minuto 8 del encuentro.