Balonazos
·17 September 2024
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La ira del señor Luis.- El juego entre UCV y Estudiantes de Mérida, que ganaron los caraqueños 3 a 1, trajo comentarios relacionados a los duelos más antiguos del fútbol venezolano sin tomar en cuenta que el equipo capitalino tuvo vida en décadas pasadas, pero desapareció y reapareció con el mismo nombre, aunque sabemos que no es el mismo equipo. Logos comprados para vender tradición, pero sí de tradición se trata aún me arrecha esta.
El señor Luis abrió el 28 de diciembre de 1993 o 94, la página central del diario El Vigilante de Mérida, un diario de la imprenta dirigida por la Arquidiócesis de Mérida, ubicada justa detrás de la Catedral, subiendo por la 5. A media mañana, él y un grupo de fanáticos sin precisar coordenadas ni emociones, fruncimos el ceño no de manera simultánea y aleatoriamente cuando leímos el titular “Estudiantes y ULA, se unirán en un solo equipo” y subtitulaba “Se llamará Estudiantes de la ULA”.
En señor Luis no entendía aquel titular, era inconcebible. Recordó como él junto a otros fanáticos coordinaban los viajes del equipo. Me contó alguna vez que en los duelos ante Portuguesa lograban llenar hasta 10 Expresos Alianza, unas 40 busetas e innumerables carros particulares saliendo desde la avenida Urdaneta para ver al equipo en Acarigua. Él era de esos que cultivaba la memoria después de cada juego a punta de espumosas por lo que no cabía en su mente la idea de que su equipo desapareciera, fusionarse era mandar la gloria al olvido.
Obvio que cada vez que yo compraba el diario, estremecía la cordillera, como decía aquel Jingle de radio Los Andes 1040 en la voz de Roger Vivas, “Se estremece la cordillera” con los goles de Rodolfo Carvajal, Ildemaro Fernández, René Torres u otro osado, pero en mi caso no como goleador, sino pasando hoja tras hoja para llegar a la sección deportiva. Luis hojeaba la sección política, pero se estacionaba en los deportes.
No recordamos el lugar, pero si la sensación. El periodista de aquel tabloide esbozó línea tras línea el proyecto en el cual Estudiantes de Mérida y ULA FC, ambos en primera división, se unirían a partir de enero, aunque paradójicamente el torneo estaba a la mitad.
En aquellos años, la idea de una fusión se había planteado desde diferentes sectores. La Cámara Legislativa que, por épocas había apoyado con algunos Bolívares, pedía que se unieran. Sectores de la universidad también, pero los medios poco lo mencionaban, so pena de perder adeptos, porque en la afición la idea poco calaba.
Mérida por tradición tenía fútbol profesional cada domingo, o era ULA o Estudiantes que jugaban en casa. Algunos iban cada domingo otros, como don Luis Rivas, solo aparecía en el Soto Rosa cuando Estudiantes era local “Ni medio a esos hp” decía con un poco de ira. Ese día se registró un movimiento telúrico de pequeña escala en Mérida mientras la vista de los ojos marrones merideños deshojaba letras e ideas que por momentos nublaban la vista.
Resumo la idea “El nuevo equipo jugará de local de rojo y blanco y de visita de color azul y blanco, los colores de Estudiantes y ULA respectivamente. El escudo será una fusión de ambos, pero la premisa será que lleven las 4 estrellas, dos ganadas por cada uno.”
En aquellos años, el torneo lo disputaban 16 equipos, que había comenzado la primera semana de octubre y terminaría en junio, por lo tanto, siendo diciembre el periodista sigilosamente agregó “La medida aplicará a partir de enero, por lo que la Liga reajustará el calendario y sacará un promedio con los puntos”. A unos nos pareció confuso, pero la conmoción nos limitó el juicio
La fusión no habría gustado en algunos jugadores quienes renunciaron al equipo y nombraba a algunos. Entre ellos: “Chuy” Vera, el mejor 10 del momento, Rodolfo Carvajal, creo que “Sapito” Zambrano y otros. No recuerdo quienes eran los DTs, pero se habló de la unión de ambos hasta terminar sus contratos.
Borges, Benedetti, Hemingway entre otros, han logrado la abstracción de los lectores, el no pensar. Nos ponen a leer como zombis impactados por la historia. El periodista provocó eso, tejía frases e ideas, que le ganaban a nuestra capacidad de asombro. Ese día cambió nuestros itinerarios y en algún momento empezamos a pensar si valdría la pena la fusión.
Por aquellas épocas, la comunidad entre ambos equipos no era viable. ULA FC, era el equipo de la universidad, de los estudiantes, los profesores, médicos y profesionales. ULA FC, por su mejor actualidad metía más gente al estadio. Era la Furia Azul con mejor presupuesto, era el equipo de las clases más pudientes. El escritor Mariano Picón escribió “una universidad con una ciudad por dentro”.
Estudiantes era, como decía su slogan, el equipo del pueblo. Su corazón estaba en las barriadas, Santa Juana, Santa Mónica y alcanzaba Ejido, Lagunillas y hasta el páramo. Se apoyaba en fanáticos empresarios que, en momentos de austeridad, financiaban al equipo como Ramón Chiarelli, Guillermo Soto Rosa y otros merideños. Un desafiante osado reescribió “Estudiantes de Mérida un equipo con una ciudad por dentro”.
Entre ellos se disputaron la afición, que generalmente fue del rojiblanco. Se disputaron también patrocinantes, formación de jugadores. ULA FC acusó a Estudiantes de quitarle jugadores para ser campeón de 1985. Se rumoró que una de las últimas jugarretas entre sí fue la llegada del central Manuel Rincón, hermano del legendario colombiano Freddy Rincón. Llegó para jugar en Estudiantes y una noche antes lo firmó ULA en el hotel. Era el Clásico de la montaña.
A medida que don Luis iba leyendo, iba arrugando con ira la sección deportiva porque entendía la firmeza de la propuesta, de la idea. Se habló de números, de proyectos ya en conjunto, de proyecciones para la próxima temporada. Mientras asumía un consuelo forzoso con descontento y extrañeza, agarró el periódico, lo tiró al piso y esbozó un feliz y apasionante “coño ´e su madre” cuando leyó en la última línea “Feliz 28 de diciembre, Día de los Inocentes”. La ira del señor Luis…
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