Lo peor para Nacional no fue el empate frente a Once Caldas | OneFootball

¡Parce, qué noche tan rara vivimos en el Atanasio! Atlético Nacional empató 0-0 contra Once Caldas en el arranque de los cuadrangulares y, aunque el equipo lo intentó por todos los lados, el gol se hizo el más esquivo de la noche. El Verde metió, corrió, luchó… pero faltó esa puntadita final para romper el arco rival. El calor de la hinchada estuvo ahí como siempre, pero esta vez el grito de gol se quedó guardado.

Y como si fuera poco, mientras nosotros sudábamos la gota gorda en el Coloso de la 74, allá en El Campín Millonarios se llevó los tres puntos ante Santa Fe con un gol del Tigre Falcao, que debutó en cuadrangulares mostrando que no vino a turistear. ¡Qué vaina, hermano! Eso nos pone a remar contra la corriente desde temprano, pero si hay un equipo que sabe levantarse, ese es el Verde.

Con ese resultado, Millonarios queda de líder parcial del grupo y ahora, la próxima fecha, nos mete un reto de esos que nos gustan: ganar o ganar contra los embajadores. Así como lo leés, parce. En Medellín ya no hay margen de error, y si queremos llegar a la final, tenemos que hacer respetar la casa y frenar a Falcao y compañía. ¡Es ahora o nunca!

Pero que no cunda el pánico, mi gente. Este equipo tiene con qué. Tenemos nómina, historia, camiseta pesada y, sobre todo, tenemos una hinchada que no abandona. Si algo ha demostrado Nacional en los momentos bravos es que sabe responder con corazón y fútbol. ¡Y este cuadrangular apenas empieza!

La tarea está clara, parceros: a alentar los 90 minutos y a empujar al equipo con todo el aguante. No nos sirve mirar pa’ los lados ni hacer cuentas locas. El objetivo es uno solo: ganarle a Millonarios y meternos de nuevo en la pelea. ¡El Verde nunca se rinde!

Además, esto es Nacional, no cualquier equipo. La historia nos respalda, la camiseta pesa y la garra verdolaga siempre aparece en los momentos duros. A Millos lo hemos enfrentado mil veces y sabemos cómo jugarle. Con inteligencia, con garra y con el apoyo de todos, podemos dar el golpe en casa.

Así que tranquilos, parceros. Esto apenas comienza y la ilusión sigue intacta. Que no nos quiten la fe por un empate ni por un resultado ajeno. Nos vemos en la próxima batalla con la camiseta puesta, el alma lista y el grito de gol preparado. ¡Vamos con toda, mi Verde, que el sueño sigue vivo!