
La Galerna
·8 September 2025
Mira, chato (CXCIII)

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·8 September 2025
Pasé ayer un rato delicioso escuchando a Jesús Bengoechea y Pepe Herrero en el canal de Ramón Álvarez de Mon. La charla tiene por título “La sensación de impunidad del Barça es agotadora”. Muy recomendable.
La ocurrencia de la jueza Gil de llamar a declarar sobre el asunto Negreira a Laporta y otros personajes del entornillo, también a los entrenadores Valverde y Luis Enrique, ha excitado al barcelonismo rugiente, e invita sin duda a reflexionar sobre la impunidad del club y sus gentes.
Influyen en la movida rugiente las broncas al equipo en Bilbao, Mallorca, Vallecas… Norte, este, centro. Estas van también porque consideran esas aficiones que sus equipos están siendo mangados ahora, también ahora. Vamos, que la noria no para y a los rugientes les sorprende e irrita que seres inferiores se quejen.
Ocurrencia de la jueza. Ocurrencia, idea inesperada, sí. Para ese barcelonismo, por supuesto. Esperaba tan noble colectivo que el asunto siguiera como hasta ahora: quieto in saecula saeculorum. Eternamente. Y va y se mueve.
Al punto, la maquinaria azulgrana se ha puesto en marcha repitiendo lo sabido: el Barça alumbró lo de Negreira en defensa propia, luego no hubo delito. Los árbitros favorecían al Madrid y Negreira fue un enviado, el mejor camino para restablecer la igualdad de trato perdida el mismo momento en que Franco ganó la guerra.
Un brillante articulista de Mundo Deportivo puso por fin el dedo en la llaga más supurante. Una visión que se ha explotado poco desde aquella acera: el Barça buscaba contrarrestar un sistema arbitral centralista y antidemocrático. La lucha por un bien social y deportivo.
Es eso, sobre todo eso. El Barça, y es decididamente clave, no buscó que los árbitros le favorecieran aquellos 17 años, un suspiro, sino la igualdad en la competición adulterada por el madridismo dominante.
Costó una pasta, claro. Era inevitable. Y la causa, noble. Y, encima, nadie le ayudó. Dinero bien invertido, en fin. El Barça buscaba un bien para el fútbol español pues luchaba por un sistema arbitral descentralizado y, por supuesto, democrático. Preso hasta entonces del madridismo dominante y feroz.
Su noble lucha llegó hasta el momento en que Negreira dejó el CTA pues el Barça entendió que su objetivo se había cumplido: gracias a todos ellos nuestro arbitraje se había descentralizado y era por fin democrático y tal. No había que dedicarle más tiempo y dinero al asunto. Habían ganado. Ellos solos. Un Princesa de Asturias merecen.
Eso sí: el Madrid se cascaba una Copa de Europa tras otra, y aquí lo que podía. Daños colaterales y la confirmación de que el fútbol europeo es facha.
De Mon, Jesús y Pepe hablan de la sensación de impunidad del Barça: es tan cierto como comprensible. No ha tenido consecuencia contraria alguna para él ninguno de los pollos que ha protagonizado.
Su noble lucha llegó hasta el momento en que Negreira dejó el CTA pues el Barça entendió que su objetivo se había cumplido: gracias a todos ellos nuestro arbitraje se había descentralizado y era por fin democrático y tal. Un Princesa de Asturias merecen
No vamos a extendernos, pero extraña que en cierta ocasión no se presentaron a un partido de Copa y el presidente de la Federación, cobijo entonces de aquel sistema arbitral centralizado y antidemocrático, aquel Villar, indultó la cosa ipso facto.
Además hay que conocer a los personajes y permítanme, yo los conozco bien. El asunto Negreira empieza con Núñez en la presidencia y Gaspart de segundo. Paso de Joan: La Galerna no es la Enciclopedia Espasa, necesitaríamos cincuenta tomos.
Gran muñidor de todo tipo de saraos, uno sí es divertido recordar: cuando en unas elecciones de la presidencia de la Federación empujó al presidente del Espanyol, Sánchez Llibre, hasta un lavabo y le obligó a cambiar la papeleta de Gerardo González (aspirante al trono, y a quien iba a votar el mandamás periquito) por la de Villar, su protegido.
Núñez fue sin duda uno de los más grandes empresarios de la historia de Barcelona. Y como Gaspart, consciente de su poder e influencia. Ambos perdían poco. ¿Impunidad? ¿Osadía? Ambas dos. Y por poner también un ejemplo nada más, a Núñez se le relacionó con lo más granado de Hacienda en Barcelona. Asuntillos de pisos presuntamente sospechosos y esas cosas.
La casualidad quiso que servidor pasara por la puerta del garaje de la empresa Núñez y Navarro el mismo momento en que la Benemérita se movilizaba aquella noche… La prensa del día siguiente dijo: “Esta operación estaría en relación con la supuesta trama de corrupción de diversos inspectores de Hacienda de Cataluña”. Tienen detalle sobrado en la hemeroteca.
Impunidad. Osadía. Pues claro. En todo y hasta que no se demostrara lo contrario, que Núñez terminó en la cárcel. Convencidos de que el arbitraje y el mundo favorecían al Madrid, su perdición, no les tembló el pulso ante nada conscientes de su poder personal, del club y desde luego de Barcelona/Cataluña en la política nacional. La última, lo del CSD. No les tembló a ellos ni a quienes les sucedieron.
gaspart, en unas elecciones de la presidencia de la Federación, empujó al presidente del Espanyol, Sánchez Llibre, hasta un lavabo y le obligó a cambiar la papeleta de Gerardo González por la de Villar, su protegido
Fueron, montaron lo que montaron y lo mantuvieron sus sucesores en la presidencia durante 17 años. El actual multiplicó por cuatro los haberes de Negreira. Si duda porque su tarea era derrengante. Como diría Schuster, ‘no hase falta desir mucho más’.
Si acaso, claro, recordar que esta lucha por la democracia y descentralización del pito y sus alrededores se vino abajo el día que un listo quiso desgravar lo correspondiente a la facturas por los informes de Negreira…que acabó admitiendo que nunca existieron.
Laporta presentó un día anta la prensa (¿!) montones de cajas que guardaban tan preciada prueba. Ninguno de los presentes pidió que los mostraran, hubiese sido un fotón. Pero bueno, si es menester, si la instrucción avanza, presentarán esos informes y cuatro mil más. ¿A que sí?
Nota final: el proceso de descentralización democrática en la RFEF avanza imparable. El presidente es del PP y el vice, de VOX. Gracias, Barça.
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