Tchouaméni, el parche eterno | OneFootball

El pupilo de Xabi Alonso, ante el Al-Hilal, volvió a jugar en el centro de la zaga

La vida sigue igual. Al menos, para Aurélien Tchouaméni. Jugador que en el estreno del Real Madrid en el Mundial de Clubes probó dos posiciones de campo. Su hábitat natural, la medular; y la defensa, zona por la que ha desfilado bastante durante las últimas temporadas.

Carlo Ancelotti fue el primero en experimentar a causa de las incesantes lesiones en la retaguardia, por lo que la opción más viable pasaba por colocar al centrocampista francés en la línea de atrás. El tiempo apremiaba, y a la vez la enfermería recibía nuevas caras.

Y cuando parecía que esos menesteres habían caído al baúl de los recuerdos, Xabi Alonso, a las primeras de cambio, retrasó a Tchouaméni a la parcela defensiva durante los segundos 45 minutos frente al Al-hilal, elenco de Simone Inzaghi.

Un cambio de cartas que, sin duda alguna, sorprendió al madridismo. Asencio, que se encontraba en un proceso de antibióticos, provocó un penalti evitable en el primer acto. Al final, la amalgama de infortunios culminó con el canario en el banquillo tras el periodo se asueto.

Como si de un déjà vu se tratase, el ’14’ del Madrid jugó de central… formando así pareja junto a Huijsen. Y es que, el técnico tolosarra no contaba con piedras angulares como Alaba, Rüdiger y Militao, entre otros. En cualquier caso, Aurélien Tchouaméni dio el do de pecho y no languideció pese al calor extremo.

Tchouaméni, soberbio ante el Al-Hilal

La decisión salió a pedir de boca, así que a Xabi le vino como anillo al dedo. El internacional con Francia capeó bien el huracán al solventar oportunidades de peligro por parte foránea. Su partido se resumió en un 94% de acierto en el pase, además, se impuso de grata forma a los rivales tanto por arriba como por abajo.