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La Colina de Nervión

·12 June 2025

Un feliz verano

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Dado que el fútbol es la más importante de las cosas que no tienen importancia, no hay inconveniente para desear a la afición que disfrute de un feliz verano por mucho que las incertidumbres sobrevuelen en el panorama del Sevilla Fútbol Club, ya que la mera presencia de José María del Nido Carrasco en su presidencia siembra de dudas cualquier movimiento de gestión que se realice por mucho que, en principio, parezca acertado.

El último de ellos, la contratación de Antonio Cordón como director deportivo, sería esperanzador si no fuera por la desconfianza que genera la figura de Junior; hasta tal punto que entre el sevillismo han surgido mil y una conjeturas para explicar cómo es posible que un alto ejecutivo como el pacense, con carisma y prestigio en el mundo del fútbol, haya optado por ponerse a las órdenes de tan incompetente presidente.


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Las hipótesis aparecen en mil y una direcciones, pero todas suelen confluir en las mismas incógnitas: ¿será capaz el engreído Carrasco de dejar trabajar a un subordinado mil veces más capacitado que él sin entrometerse en sus decisiones? ¿Será capaz Cordón de soportar la ineptitud de su presidente sin salir huyendo del desaguisado en el que hoy en día está sumido el Sevilla FC por culpa de la nefasta gestión de su presidente y de todo su Consejo de Administración?

Sea como sea, la incorporación del nuevo director deportivo, o director de Fútbol Profesional como se ha denominado oficialmente el cargo, es una pieza más dentro del organigrama sevillista en el que aparecen también otros profesionales de reconocimiento en sus diferentes parcelas. La marcha de José María Cruz fue cubierta en su día por José González-Dans, un ejecutivo de dilatada trayectoria que ha estado ligada en varias ocasiones a la Liga de Fútbol Profesional, lo cual podría llevar a considerar, aunque parezca exagerado, que la gestión de Carrasco está, si no intervenida, sí tutelada por el organismo rector del fútbol nacional, cuyo presidente Javier Tebas vigila los movimientos económicos de un club al que considera un activo importante de la competición dada la proyección internacional ganada durante el siglo XXI.

En este inicio estival ha sorprendido también en las últimas horas, el despliegue demostrado por una firma internacional de prestigio de Adidas para hacer oficial su compromiso de patrocinio con un club en horas bajas, lo que demuestra que, lejos de ser un socio incómodo, la marca Sevilla FC aún mantiene su atractivo en el mundo empresarial. Cuánta responsabilidad en ello tiene el director de Patrocinios incorporado hace menos de un año, Lorenzo Aldobrandini, sólo se sabe de puertas adentro de la entidad, pero es evidente que hay que ponerlo en su haber, como también el de encontrar un patrocinador para la camiseta del primer equipo sólo un mes después de haber llegado a Nervión.

Todos estos nombres vienen a demostrar que por los pasillos de la planta noble del Sánchez-Pizjuán transitan más personas de reconocimiento, capacidad y prestigio de lo que en principio pudiera parecer, lo cual debería tranquilizar al sevillismo, si no fuera porque, por encima de ellos, figura un Consejo de Administración plagado de incompetentes gestores de segunda generación, cuyo único mérito ha sido heredar las acciones que en su día adquirieron sus padres.

Cuando en la última década del siglo XX, el Sevilla FC se vio obligado, como casi todos los clubes de fútbol, a convertirse en SAD aparecieron los Del Nido, Carrión, Alés y cía con idea de configurar un modelo de entidad. Casi cuarenta años después, quienes se encuentran en la cúspide de la empresa llamada Sevilla FC SAD son los herederos de aquellos emprendedores, los cuales carecen no sólo de la capacidad que tenían sus progenitores sino también del empuje, el arrojo y el proyecto. Para esta nueva generación de dueños de la entidad el único motivo de permanencia es una remuneración que perciben todos los meses y que jamás iban a conseguir en ninguna otra empresa.

Y así en esta dicotomía va a transitar el verano sevillista, quizá recibiendo novedades esperanzadoras producto del buen hacer de unos altos ejecutivos cualificados y competentes, pero con la incredulidad de que los máximos gestores sean capaces de obrar el milagro de resucitar a la entidad que ellos mismos han hundido con su acreditada incapacidad. Compren pipas y palomitas y siéntense a presenciar el espectáculo porque el verano viene apasionante para el sevillismo y el 15 de agosto llega pronto. Que ustedes lo disfruten.

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