
La Galerna
·17 de octubre de 2025
1-2: Golpe de autoridad en París

In partnership with
Yahoo sportsLa Galerna
·17 de octubre de 2025
El Real Madrid femenino firmó su primer gran triunfo europeo fuera de casa al derrotar (1-2) al PSG en la segunda jornada de la Liga de Campeones. Naomie Feller y Alba Redondo pusieron por delante a las blancas en la primera parte y, a pesar de que Rash Ajibade recortó distancias para dejar el partido al filo del empate, los tres puntos fueron con todo merecimiento para el equipo de Pau Quesada.
Al fin, tras muchos duelos de casi sí, pero no, llegó uno de los premios parciales que venía escapándosele al Real Madrid. En las pasadas temporadas, la catástrofe, el descalabro o la mala suerte siempre estaban a la vuelta de la esquina al subir a un avión y emprender el viaje a cualquier destino europeo. A veces a cuenta de desconexiones propias, otras por errores groseros o autogoles dramáticos, el Paris Saint-Germain acababa encontrando el camino para frustrar al Real. Hasta el 16 de octubre de 2025.
El partido fue feo durante diferentes fases y el escenario, la ciudad deportiva del equipo franco-catarí, tampoco ayudó. Para el Madrid, sin embargo, la ocasión era propicia: este PSG sigue empeorando cada año con su tufo a disfuncionalidad y con constantes salidas de futbolistas valiosas, mientras que los cimientos propios madridistas van fraguando poco a poco. Aunque enfrente se presentaba por primera vez una Olga Carmona que quizás ya se haya empezado a preguntar quién le mandaría ir a parar a ese manicomio extranjero, el elemento más determinante del equipo local no fue ni la excapitana blanca, ni la genial Sakina Karchaoui ni el físico de videojuego trucado de gran parte del once parisino.
El Real Madrid femenino firmó su primer gran triunfo europeo fuera de casa al derrotar (1-2) al PSG en la segunda jornada de la Liga de Campeones
La checa Michaela Pachtova, árbitra para más inri, mantuvo al PSG en la contienda en dos ocasiones, una en cada parte, al perdonar dos tarjetas rojas de las que se sacan habitualmente. Primero al cuarto de hora del inicio, cuando el Madrid había superado las primeras embestidas de las locales y la delantera Merveille Kanjinga dejó la pierna con peligro ante una salida de Merle Frohms. Acabó retirando del partido a la alemana. Minutos antes había visto la amarilla Maëlle Lakrar por una faltita sin importancia, mientras que aquí no hubo ni roja, ni amarilla, ni siquiera revisión del VAR. Entró Misa Rodríguez con un papelón por delante al estar disputando sus primeros minutos oficiales del curso, pero la solidez de sus compañeras hizo que apenas hubiese de emplearse en un par de ocasiones.
Rayaron a gran nivel todas las jugadoras de campo: Lakrar y María Méndez al corte y en salida de balón, Eva Navarro como lateral que da oxígeno al romper líneas de presión, Filippa Angeldahl y Sandie Toletti mandando en el centro y hasta Caroline Weir sin balón. La muy alta nota media se vio recompensada, además, con una magnífica efectividad en las dos ocasiones claras que brotaron fruto de combinaciones con mucho sentido. Primero, en el minuto 29, cuando desde la izquierda Yasmim, Weir y Toletti movieron el balón sin prisa hasta que la lateral brasileña decidió centrar al palo corto. Allí llegó antes que nadie Naomie Feller, que supo meter la pierna para dirigir el balón a la red.
El 0-1 hizo daño anímico a las francesas y el Madrid creció con balón, confirmando una superioridad técnica ejemplificada diez minutos después del gol: por banda derecha, primero Weir, y luego Eva Navarro, burlaron a sus defensoras encabritadas como si de Morante de la Puebla sobre el albero se trataran. La guinda a la primera mitad llegó ya durante el alargue, a raíz de la valentía de Feller: la extremo retó en carrera de explosividad a Elisa de Almeida, ganó el duelo antes de llegar a línea de fondo y centró a una Caroline Weir que forzó la parada milagrosa de Mary Earps. El balón, sin embargo, volvió al área pequeña tras tocar en el poste, justo allí donde Alba Redondo echaba su jornal nocturno de delantera cazagoles.
El nivel de competitividad exigido en Europa al fin corre por las venas del equipo de Pau Quesada
Por sensaciones, el resultado era todo lo perfecto que puede ser un 2-0, pero cualquier aficionado veterano sabe que esa es la situación más traicionera de este deporte llamado fútbol: es la que proyecta la falsa tranquilidad de ver al rival lejos hasta que un mínimo cambio en el marcador lo convierte todo en desasosiego. Ocurrió porque Karchaoui se empeñó. La capitana local, lateral reconvertida en extremo, luego en mediapunta con libertad y en el 55’ ya constructora de juego recibiendo entre las centrales, controló un centro muy pasado poco después. Sin perder tiempo, se hizo hueco hacia dentro y puso un centro suave que Rash Ajibade remató de cabeza libre de marca.
El 1-2 obligó al Real Madrid a mantener la tensión competitiva desde bien entrada la segunda parte, hecho que quizás permitió no sufrir bajón alguno en los momentos finales, ya sin una Linda Caicedo sustituida por lesión. En retrospectiva, ayudó hasta la incompetencia de la árbitra, que perdonó una segunda roja al PSG cuando Ajibade casi decapita a Lakrar y amonestó a Feller cuando era ella quien había recibido una falta. El sentido de injusticia apretó las tuercas de un Madrid que mordió en la presión, se mantuvo ordenado y no tembló cuando las francesas buscaban el empate. Cumplido el tiempo reglamentario, ni el inexplicable descuento de siete minutos desquició a las jugadoras de blanco: el nivel de competitividad exigido en Europa al fin corría por las venas del equipo de Pau Quesada; los tres puntos eran del Real.
Fotografías: realmadrid.com