La Galerna
·20 de diciembre de 2025
2-0: Mbappé empata, el Madrid casi

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·20 de diciembre de 2025

A las nueve de la noche comenzó en el Bernabéu el último partido del año 2025. Se esperaba que fuese también el último encuentro en el que Xabi Alonso estuviera discutido, porque ello significaría que el equipo comenzaba a carburar, pero no parece que vaya a ser así, a pesar de la victoria.
El once despertó mucha ilusión entre los madridistas, sobre todo por la presencia de Fran García, por la izquierda, y Asencio, por la derecha (la cantera debe de estar cerrada, como muchas minas de carbón). En el eje de la defensa, Rüdiger y Huijsen. En el medio, ese centro del campo que funciona como un reloj, compuesto por Tchouaméni, Güler y Bellingham. Y delante, el renacido Rodrygo, el aún por renacer Vinícius y la bestia Mbappé.
El partido comenzó con susto: una pérdida de Tchouaméni propició una ocasión sevillista que desbarató Güler apareciendo de la nada. Segundos después, Huijsen perdió un balón absurdo que acabó en córner. Fantástico inicio. No veíamos empezar un partido tan mal al Madrid desde la última vez que comenzó igual.

Respondimos con una ocasión de Fran García, pero Vlachodimos la desbarató. Nosotros no Vlachodimos, sino que la jodimos directamente y el Sevilla pudo marcar en dos ocasiones consecutivas. El Madrid era un esperpento defensivo. Y no defensivo.
Después, Mendy agarró a Vinícius, pero el del pito dijo que no era amarilla. Carlos Martínez, desde el VAR, explicó que se libró de la amonestación porque el brasileño iba hacia afuera, aunque la verdad es que el siete no tenía intención de irse del campo aún. Si bien es cierto que aunque se hubiera ido tampoco se habría notado mucho.
El partido del Madrid estaba siendo obsceno como hacerse una infusión con los calcetines de un jurista eminente. Incluso en esta situación, una conexión Güler-Mbappé por poco concluye con la pelota dentro de la meta rival, pero Vlachodimos otra vez. Minutos después, el francés desgarró el flanco derecho sevillista con recortes que ni los de la crisis de 2008 —que aún arrastramos (la crisis, sobre todo)—, pero la jugada terminó en nada.

Poco después, Rodrygo repitió entrada por el mismo lado tras un córner inexistente. ¿Comenzaría el Madrid a dar una imagen más aseada? Lo siguiente fue un cabezazo de Dean a las nubes cuando gozaba de una buena posición, pero los de Xabi comenzaban a no estar tan mal. Al menos durante un rato.
Fran García y Vini combinaron bien y el capitán pidió apoyo al público, aunque quizá parte de los asistentes al Bernabéu estuvieran aprovechando el sopor para hacer algunas compras navideñas online.
Marcao decidió arrollar a Rodrygo con los tacos por delante. Roja de manual, pero Iglesias Villanueva, que escucha a Carlitos Martínez en la sala VOR, siguió el criterio de esta pieza fundamental del sistema, quien adujo que como la plancha no fue muy alta no tenía que ser roja. Como castigo divino, la falta acabó en gol de Bellingham, de cabeza a centro magistral de Rodrygo. Una pena, Carlitos, CTA & Company, ¿verdad?

Cuando aún estábamos recobrándonos de la sorpresa de que el Madrid marcara a balón parado, Marcao rozó a Rodrygo en el área y el once se desplomó como alcanzado por el manotazo de un gigante en lugar de aprovechar la situación. Se ganó la amarilla. Poco después, Rodrygo pisó sin intención, de manera fortuita, a Marcao en el talón y el sevillista necesitó ser atendido durante unos minutos.
Al descanso se llegó con una chilena de Alexis que se marchó por encima del larguero de la portería de Courtois. Una primera parte tediosa, aunque el tedio fue a menos con el paso de los minutos. 1-0, sin margen para el error en la segunda parte. O eso parecía.
Durante el descanso, el técnico del Sevilla, Almeyda, fue expulsado. Ya había sido amonestado durante los primeros 45 minutos. Quizá intentó entrar con su coche sin etiqueta en el centro de la ciudad de su homófono alcalde capitalino y el rojiblanco que ha regalado millones de metros cuadrados de suelo público a su Atleti ordenara a Muñiz Ruiz que lo echara. La prima de Monchi no pudo sentarse en el banquillo en su lugar. Unos dicen que porque no tenía carnet de entrenadora, otros porque no cabía.
Courtois sOstuvo al Madrid y Mbappé empató el récord de Cristiano
El encuentro se reanudó con una ocasión franca para Kylian, pero golpeó regular y el balón no puso en aprietos al guardameta rival. Todo lo contrario que Alexis, que no marcó el empate porque Thibaut es el mejor. Segundos después, dos ocasiones nítidas para Mbappé: en la primera disparó bien y raso pero fuera, y en la segunda disparó, cuando estaba solo, con la fuerza del abrazo de un Teletubbie harto de diazepam. La respuesta del Sevilla, un trallazo de Isaac que obligó a lucirse de nuevo a Courtois. Instantes después, lo mismo.
El Madrid había decidido, quizá invadido por el espíritu navideño, que el Sevilla también tenía que gozar de oportunidades para marcar gol y le sirvió en bandeja tres seguidas. Mientras tanto, Mbappé desaprovechó cinco, incluida una pelota que rebotó en la escuadra. A la afición, por lo que sea, no le gustó y hubo pitos. Como siguiéramos así, Vlaímos a choder del todo, porque los milagros de Thibaut no iban a ser eternos.
Los errores en ataque del Madrid seguían sucediéndose y los milagros de Courtois obrándose, hasta que Marcao arrolló a Bellingham, vio la segunda amarilla y se marchó a los vestuarios. Quizá contra diez los de Xabi sufrieran menos. Pero la solidaridad del Madrid con los necesitados es grande.

El encuentro era bello como un aquelarre de sapos sarnosos mudando la piel en el baño de Trainspotting. Se comenta que algunos hinchas blancos dejaron de ver el partido y decidieron pleitear con Hacienda porque les pareció más entretenido. Otros sintonizaron un telediario. Los más extremistas se afiliaron a un partido político.
En el 77', un Goes a lo Globetrotter chutó un balón que terminó en el larguero tras rozar Vlachodimos. Sin embargo, el Sevilla no parecía estar en inferioridad numérica. El Madrid, en cambio, sí daba sensación de inferioridad. De inferioridad en general. Más pitos del respetable.
Poco después del 82, Xabi sustituyó a Vini por Gonzalo. Antes había puesto en el campo a Camavinga por Arda. Endrick observaba desde la grada. A continuación, penalti claro de Juanlu sobre Rodrygo. Mbappé marcó, empató con Cristiano en uno de esos récords que no sirven para nada y lo celebró con un ¡Siuuuu!
A continuación, el Sevilla siguió embotellando al Madrid con uno menos. Con uno menos el Sevilla, no el Madrid.
Muñiz Ruiz señaló un penalti inexistente sobre Bellingham, el defensor había tocado balón. Lo avisaron desde la sala VOR y rectificó. Llama la atención que el VAR solo funcione para corregir fallos que benefician al Madrid.
Instantes después, tarascada a Rodrygo que el colegiado interpreta que es fuera del área, pero bien podría haber sido dentro. Desde el VAR le dicen que es fuera. Lo dicho antes. Mbappé marró la ocasión lanzando el balón a las nubes.
Se acabó con Thibaut salvando otro gol cantado. Es un fuera de serie.
El partido fue una Odysseas, pero finalmente no Vlachodimos y pudimos sumar tres puntos importantes. Para Xabi. O no. Quién sabe.
El Madrid se va de vacaciones navideñas tarareando All I want for Christmas: Thibú.
Getty Images









































