2-3: Lunin salva al Madrid de un ridículo histórico   | OneFootball

Tras una actuación sonrojante ante el modestísimo Talavera, el Madrid de Xabi Alonso se plantó en la siguiente ronda de la Copa del Rey con muchas más sombras que luces.

Sorprendió Xabi haciendo varias cosas, de menor a mayor grado de sorpresa: solo sacó un canterano puro (Jiménez, casi obligado, en el lateral derecho), puso cuatro delanteros sobre el campo (Endrick, Gonzalo y Mastantuono entre ellos) y el cuarto era Mbappé. Sobre este último particular proliferaron explicaciones varias: que si Kylian va decidido a por el récord de goles de CR en un año natural, que si Xabi no se fiaba del partido. Este cronista, sin entusiasmarle, prefería que la causa fuera la primera opción, pero acabado el mismo entiende que fuera la segunda. A los tres minutos, en todo caso, una buena porfía y todavía mejor centro de Endrick lo desaprovechó el francés de manera indigna en relación a su categoría.

Estos partidos desembocan en una de estas cinco posibilidades:

A) Truño con trauma

B) Truño simple

C) Goleada a favor

D) Goleada a favor, y no obstante truño

E) Goleada en contra (Alcorcón style)

Los primeros minutos ya apuntaban a A ó B. Habría que esperar para dilucidar del todo. Endrick era el único jugador que parecía realmente enchufado. De hecho, pudieron hacerle penalti a los 16 minutos. Mientras, el resto de jugadores ensayaba un trantrán demasiado familiar que pronto se vería penalizado por un remate de cabeza que obligó a Lunin a intervenir con mérito. No estábamos preparados para que el ucraniano tuviera que ser el héroe, pero lo sería.

Endrick tampoco estaba preparado ni dispuesto a pasar bochorno (aunque lo pasaría): volvió a poner en peligro a los locales tras buen centro de Jiménez. Tras otro no menos acertado de Fran, un testarazo de Gonzalo se convirtió en la mejor hasta el momento. Ceballos lanzó fuera después de una buena maniobra en el área.

El Madrid, como no podía ser menos, iba imponiendo su dominio y creando ocasiones. Intervino Jaime González a un tiro de falta de Güler. Tampoco estábamos preparados para que Jaime González se convirtiera en el (otro) héroe, pero el Madrid lleva 123 años consagrando a los guardametas más modestos. A la media hora, no se podía decir que el equipo estuviera jugando extraordinariamente mal, pero mostraba, eso sí, la pegada de un impala embadurnado de aloe vera. Como nueva muestra de esto mismo, Mastantuono remató de cabeza un centro de Huijsen con muy poca eficiencia.

A los 39 minutos, Cuadra señaló uno de esos penaltis por mano que ya nadie sabe si son o no. Quizá no lo sea. Chutó Mbappé. Otro más para el récord (los 59 goles de blanco de Cristiano en un año natural). Para cerrar el primer tiempo, una jugada del propio Mbappé solo valió para el marcador, no para el récord. Su progresión por la línea de fondo fue buena, pero el tanto fue en propia puerta.

El segundo tiempo ya se inició con una laxitud alarmante. Mbappé la tuvo por dos veces, la segunda después de un pase estratosférico de Endrick, a quien el Madrid haría (¿hará?) muy mal en ceder. Alguien en el chat de La Galerna se aventó a soltar un facto (?): es un genio y, además, pasa mejor el balón  que Güler. Las cesiones se sabe cómo empiezan pero no cómo acaban. El Lyon puede ser el pozo donde languidezca su talento. Perderá el club el control sobre una inversión destinada a desembocar en un crack mundial.

Por otro lado, superábamos el minuto 65 sin gran novedad y sin cambios. No parecía Xabi tener excesivo interés por averiguar qué tal le sentaría la camiseta del primer equipo a chicos como Cestero o Thiago. En lugar de eso, quitó a Mastantuono (gris) y metió a Rodrygo, capitán. Güler volvió a tirar una falta que nuevamente encumbró al ciudadano Jaime González en su versión portero del Talavera. Volvería a lucirse a pies de Güler, tras tirar este después de una buena combinación de Endrick con Jiménez.

Para terminar de encabronar a la afición (y, por qué no: a este cronista) Xabi quitó a Endrick. Y, por si era poco disgusto, el Talavera se metía en el partido con un gol que sonrojaba las mejillas de la afición blanca en millones de hogares del planeta. Con estrellas como Mbappé, Bellingham y Tchouaméni sobre el campo, el Madrid acababa el partido con bochorno. Menos mal que Jaime González falló esta vez, tragándose un tirito de Kylian. El gol postrero de los locales (2-3, Isaía) añadió oprobio al asunto. Y el propio Isaía forzó un paradón de Lunin en el descuento. Su estirada fue milagrosa, y vale una clasificación de Copa.

Un horror, aunque no dio para más.

Al final fue B) Truño simple (aunque con distintivo de ridículo).