Offsider
·30 de diciembre de 2024
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·30 de diciembre de 2024
Finalizando el año, es momento para echar la vista atrás y rescatar los mejores momentos que el tenis ha dejado en 2024. En Offsider, nos quedamos con estos cinco.
28 de enero del 2024, Melbourne (Australia). Después de cerrar el año 2023 dejando sensaciones ilusionantes de cara al futuro más cercano, Jannik Sinner terminó de derribar la pared en el Open de Australia. El italiano firmó un torneo espléndido, en el que no cedió un solo set hasta llegar a la final. Ni siquiera Novak Djokovic, en el jardín de su casa, pudo frenar el avance de la ‘Zanahoria Mecánica’. Aunque aún restaba un último paso, el definitivo. En la Rod Laver Arena fuimos testigos de uno de los mejores partidos del año. Daniil Medvedev puso contra las cuerdas a Sinner (obtuvo una ventaja de dos sets), pero acabó claudicando ante el empuje y la determinación del joven de San Cándido. Jannik remontó y culminó la faena con una derecha ganadora que lo elevó al olimpo del tenis mundial. En tierras australianas, el transalpino colocó la primera piedra de la que se presupone una carrera de leyenda.
El inicio del 2024, unido al decepcionante final del 2023, despertó todo tipo de dudas en torno a la figura de Carlos Alcaraz. Solo un oasis en el desierto, Indian Wells. El pupilo de Juan Carlos Ferrero se presentó en París tras una preocupante gira de tierra batida, ya fuese por las lesiones o por el pobre rendimiento en pista. «¿Volveremos a ver al mejor Alcaraz?», se preguntaban los medios de comunicación deportivos. La respuesta del murciano no pudo ser más contundente. En un verano para enmarcar, Carlitos conquistó el famoso ‘Channel Slam‘, compuesto por Roland Garros y Wimbledon. Una gesta al alcance de unos pocos elegidos (Nadal, Borg, Djokovic, Federer). Por si fuera poco, en su primera participación olímpica, el prodigio del Palmar se colgó al cuello la medalla de plata tras una final histórica ante Novak Djokovic. Pese al pesimismo inicial, Alcaraz había regresado.
Un único objetivo. Novak Djokovic afrontaba el 2024 con la ilusión intacta, aunque eso sí, con una prioridad por encima de cualquier otra: el oro olímpico. Los planes del serbio parecieron truncarse cuando cayó lesionado del menisco de su rodilla derecha en Roland Garros. Los plazos le permitían soñar con una posible presencia en los JJ.OO de París, pero, ¿en qué condiciones? Con el tesón y la disciplina que lo han acompañado durante toda su trayectoria, el mito de Belgrado acortó el tiempo de recuperación y, de golpe y porrazo, se coló en la final de Wimbledon. Fue apalizado por Alcaraz, sí, pero la manera de enfocar el objetivo, los Juegos, cambió. Novak sacó a relucir lo mejor de su repertorio sobre la arcilla parisina para alcanzar la final olímpica por primera vez en su carrera. Allí le esperaba el imponente Alcaraz, pero el ‘Chacal’ no tembló ni un segundo. En uno de sus mejores encuentros en tierra batida, Djokovic derrotó a Carlitos para completar un palmarés legendario. La deuda con su amada Serbia, ya estaba saldada.
Novak Djokovic luce la medalla de oro conseguida en París 2024 | Imagen: Maja Hitij/Getty Images.
Agosto de 2024, semana previa al US Open, último Grand Slam del curso tenístico. Una noticia sacude los cimientos del deporte rey de la raqueta: Jannik Sinner había dado positivo en un control antidopaje. Las informaciones y las especulaciones empezaban a sobrevolar el entorno del número 1 del mundo. Las suspicacias fueron aún mayores cuando salió a la luz que el positivo del italiano se produjo en el mes de marzo, concretamente entre el 10 y el 18 de marzo. Los cuchillos vuelan. Las reacciones en el mundo del tenis no se hicieron de rogar. Cada cual tenía su punto de vista. Lo que sí parecía claro es que la ITIA (Agencia Internacional para la Integridad del Tenis) había declarado inocente a Jannik. La supuesta sustancia dopante, llamada Clostebol, llegó al cuerpo del transalpino debido a un error de sus fisioterapeutas. El castigo, insuficiente para muchos, incluyó la pérdida de los puntos cosechados en Indian Wells además de las ganancias económicas obtenidas en dicho torneo. A día de hoy, la polémica del positivo continúa levantando ampollas.
Jannik Sinner en la Final 8 de la Copa Davis | Imagen: Clive Brunskill/Getty Images para ITF.
10 de octubre de 2024, a través de un vídeo en redes sociales, Rafael Nadal Parera comunicaba su retirada del tenis profesional. Una decisión lógica y entendible visto el calvario, en forma de continuas lesiones, que el balear había sufrido en el último año y medio. Su cuerpo había dicho basta. Los hogares españoles ya no lucían de la misma manera. La tristeza y la melancolía sacudieron las mentes de los amantes del deporte. Eso sí, habría un último baile. En casa, en Málaga, ante su gente, en la Copa Davis. Y el ansiado (o inesperado) día llegó. Ante la atenta mirada de las más de 10.000 (y muchas más que no estaban en el estadio) almas que abarrotaban el Martín Carpena, Nadal cerró su círculo mágico. Fue ante Botic Van de Zandschulp, y perdió, aunque eso era lo de menos. Quizás no fue la despedida más emotiva que se haya visto, pero el legado de Rafa es mucho más que eso. Aquellos que le hayan visto competir saben de lo que hablo. Su sombra es eterna.