3-1: Vinícius vuelve a reinar | OneFootball

3-1: Vinícius vuelve a reinar | OneFootball

In partnership with

Yahoo sports
Icon: La Galerna

La Galerna

·4 de octubre de 2025

3-1: Vinícius vuelve a reinar

Imagen del artículo:3-1: Vinícius vuelve a reinar

En un partido extraño, en el que el Madrid exhibió solidez cuando le falló el empuje, y buen juego cuando el empuje le respondió, el Madrid derrotó al Villarreal y, como se dice ahora, duerme como líder en el arranque del parón de selecciones. Vinícius no jugó un gran partido, pero sus dos goles allanaron el camino que después asfaltaría Mbappé tras echarse Bellingham el encuentro a la espalda.

La semana había sido caliente por las inexistentes declaraciones de Valverde en el sentido de que no quería jugar como lateral. Así son las controversias hoy: fue haciendo falta cada vez menos para armarlas, hasta que de pronto nos hemos encontrado con que literalmente no hace falta nada. Salen del vacío.


OneFootball Videos


Las dudas, en todo caso, se disiparon en los comienzos, con lo que se antojaba una clara línea de cuatro. Valverde formaba como lateral derecho aparentemente puro. Bellingham y Camavinga se quedaban en el banquillo y Ceballos engrosaba el centro del campo. Todos estos extremos sugerían una gran personalidad por parte del entrenador.

A los seis minutos, una combinación entre Güler y Mbappé acabó con el balón por encima del larguero. Los blancos dominaban y el Submarino buscaba el contragolpe, aunque el Madrid se replegaba bien. Una virguería de Mastantuono sobre la línea costó la primera amarilla a Cardona. Extraño arranque de honestidad y acierto por parte de Cuadra. Antes, sin embargo, ya había perdonado una amarilla por un descarado agarrón a Mbappé. Después mostraría otra muy evidente (pero que suele perdonarse) a Mouriño y una completamente ridícula para Tchouaméni.

Los de Xabi estaban imprecisos, y su comentada defensa por todo el campo no se traducía en demasiados balones robados en campo contrario ni en zona de peligro.

De pronto, sin embargo el Madrid pisó el acelerador, también el de la presión. A los 19 minutos, un gran robo de Ceballos posibilitó un remate al primer poste de Mbappé, y a continuación, con mucho mayor peligro, remató de cabeza Tchouaméni rozando el poste. El (gran) centro había sido de Vinicius. El trío de ocasiones se completó con otro gran robo, esta vez de Mbappé, quien sirvió el pase de la muerte a Mastantuono sin que el gol se produjera de milagro, por mediación de la rodilla providencial de Renato Veiga.

La presión alta empezaba a funcionar. Mastantuono se la puso a Tchouaméni para que rematase de cabeza, fuera por poco, en el segundo palo. Huijsen, que estaba muy entonado, le había molestado involuntariamente en el testarazo. Le sobraba algo de ansiedad y sentido quirúrgico al equipo local. Sobresalía en torpeza el pobre Carreras, que de momento no parecía muy recuperado de su noche toledana en el Metropolitano. Vinícius tampoco le iba a la zaga en ineficiencia. En cambio, el equipo agradecía la brega, el orden y el sentido táctico de Ceballos.

El zafarrancho de los minutos 18-22, con todo, ya había pasado. La pujanza la administra este Madrid, quizá por falta de piernas aún a esta altura de la temporada. Los minutos se deslizaban con una sosería casi amable. A cambio, había orden y paciencia. El Villarreal, básicamente, no existía. Sin embargo, y para dar al cronista la enésima lección de humildad, Tani se plantó solo ante Courtois por pura potencia, pero el belga se hizo en su salida el gigante que es. Respondió el Madrid con un eslalon pleno de amagos de Mastantuono y un disparo rozando el poste. Con una tarjeta a Mastantuono, esta vez justa, se llegó al descanso.

Y las cosas del fúrgol, como diría un intelectual. Nada más abrirse el segundo tiempo, un balón desde la banda lo tocó Mbappé de cabeza y Vinicius, tras recibir en la izquierda, se perfiló para el disparo y tuvo la fortuna de un desvió de Comesaña que despistó a Arnau. 1-0.

El gol tranquilizó al Madrid, que empezó a hilar posesiones largas y sabias en torno a la frontal del área amarilla. En cambio, cuando la ocasión se prestaba al contragolpe, a los de Xabi se les hacía de noche. Una galopada de Pepé no encontró rematador, pero sí multitud de nudos en la garganta. No del todo contento con lo que veía, el tolosarra quitó a Mastantuono y Güler e introdujo a Camavinga y Bellingham a falta de media hora. La presencia de ambos sería a la postre definitiva para sentenciar el marcador.

Precisamente, en uno de los primeros balones que tocó Bellingham, la bola le llegó filtrada a Vini, cuya internada fue interrumpida con algún estrépito por Rafa Marín, que hasta el momento estaba haciendo un gran encuentro. Pudo no ser penalti, pero Cuadra lo señaló en todo caso. Mbappé se lo cedió caballerosamente al brasileño, que no perdonó, aunque por poco se lo para Arnau.

Súbitamente, al partido volvió el vértigo. Un Jude con muchas ganas encadenó dos ocasiones, una a centro de Vini y otra a pase de Valverde, y a renglón seguido marcó el Villarreal en un gran tiro de Mikautadze. Pero Vini se había venido arriba, y en un cambio de ritmo forzó la segunda tarjeta de Mouriño. Con diez el rival, las cosas se veían con más calma, y tanto Bellingham como Camavinga parecían haber entrado bien desde el banquillo. El francés, de hecho, rebañó en área propia un contragolpe terrorífico de los de Marcelino.

El gol de la tranquilidad llegó gracias a un robo en campo rival de Bellingham. Mbappé la recogió del inglés, combinó con Brahim (que había entrado por Mastantuono) y este le regaló el gol en las barbas de Arnau. A la alegría por un nuevo gol de Kylian le siguió la inquietud por su lesión. Tuvo que sustituirle Rodrygo. Esperemos que no sea grave.

Poco más en los minutos finales, salvo el escamoteo de un nuevo penalti de Rafa Marín, esta vez sobre Rodrygo, y una noche durmiendo como líderes en los umbrales del parón.

Ver detalles de la publicación