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·15 de noviembre de 2025

¿550 M€ en valor de mercado no bastan? Este país necesita un milagro para el Mundial

Imagen del artículo:¿550 M€ en valor de mercado no bastan? Este país necesita un milagro para el Mundial

En realidad, Suecia ya debería tener medio pie en el Mundial 2026. Alexander Isak, Viktor Gyökeres, Dejan Kulusevski, Anthony Elanga, además de jóvenes talentos de la Bundesliga como Hugo Larsson o Daniel Svensson: ¡esta selección suena a pura clase mundial!

Y, sin embargo, los “Tre Kronor” están en el fondo de su grupo de clasificación, sin una sola victoria, con apenas un mísero punto. En vez de ilusión mundialista, cunde la alerta amarillo-azul.


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¿Cómo demonios pudo un equipo con un valor de mercado de más de 550 millones de euros decepcionar así? La respuesta es compleja, pero sobre todo: bastante atípica para Suecia.

Porque, en lugar del equilibrio y la prudencia típicos de los escandinavos, el fútbol sueco mostró últimamente mucha ingenuidad y un claro distanciamiento de su propio juego.

¿El mejor equipo de Suecia de la historia? ¡Ni de lejos!

Las cifras hablan claro: en cuatro partidos de clasificación apenas lograron dos goles. Y eso con una delantera cuyos jugadores en sus clubes montan un espectáculo semana tras semana. ¿Pero en la selección? Más bien como café frío en el restaurante de Ikea.

Con el exentrenador Jon Dahl Tomasson, el primer técnico extranjero en la historia sueca, encadenaron tres derrotas seguidas. Perdieron dos veces contra Kosovo y una contra Suiza. Ni Isak ni Gyökeres marcaron. El dúo de superestrellas, por el que en verano se pagaron en total más de 200 millones de euros, de repente parecía tan inofensivo como el pequeño Miguel de Lönneberga.

El periodista sueco Daniel Kristoffersson lo resumió con contundencia en conversación con 'BBC Sport': “Este es uno de los mejores equipos suecos, pero los resultados están entre los peores”.

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📸 BJORN LARSSON ROSVALL

Intento de modernización fallido

Tomasson, en realidad, quería modernizar a Suecia. Fin del clásico y robusto 4-4-2 de los años de Mellberg: más poder ofensivo, más valentía, más dominio. Lo que en teoría suena excelente, fracasó en la práctica.

Las distancias en el centro del campo eran enormes, la defensa estaba tan abierta como un padre de familia tras seis horas de compras en Ikea. Rivales a los que se debería dominar generaban ocasiones en serie.

El exinternacional Pontus Kåmark lo describe así: “Todos jugaban por su cuenta, los espacios en el mediocampo eran demasiado grandes, la defensa quedó expuesta. Fue algo más que un problema de jugadores”.

Y Jonas Olsson, también exinternacional, abunda en lo mismo en conversación con 'Sky Sports': “Querían jugar más ofensivo, pero estaban demasiado abiertos y fueron ingenuos. El plan era correcto, pero el timing completamente equivocado”.

El resultado fue un enfoque tácticamente sobreambicioso que, al final, no ayudó a nadie. Las estrellas de ataque quedaron colgadas y la defensa ardía por los cuatro costados.

Un dúo de ensueño solo sobre el papel

Que Gyökeres (actualmente fuera por lesión) e Isak apenas funcionen juntos es tema desde hace tiempo en Suecia. El problema: con Tomasson, Suecia jugó con un 3-4-2-1 y con Isak como segundo punta, a menudo lejos del área rival. Gyökeres apenas recibía balones, mientras el fichaje del Liverpool desperdiciaba su olfato goleador en el vacío.

“La química entre ellos no encajó en absoluto. Y tocaron el balón muy pocas veces”, reprocha Olsson. 

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📸 Michael Campanella - 2025 Getty Images

¿Miedo, Potter?

El 20 de octubre llegó el corte: Tomasson fuera, Graham Potter dentro. El inglés tiene en Suecia una reputación casi mítica; llevó al Östersunds FK desde la cuarta división hasta la Allsvenskan. Además, ganó de forma sensacional la copa nacional.

El fichaje de Potter entusiasma a Kåmark: “Potter es prácticamente medio sueco. Entiende nuestra cultura, es humilde, claro, estructurado y un excelente entrenador de colectivos”, dice el exjugador de 56 años.

La ventaja es evidente: mientras Tomasson quiso sobrecargar a Suecia, Potter probablemente afrontará su nueva tarea con el pragmatismo necesario. 

Parte de la afición lo ve incluso como una especie de figura salvadora. Olsson lo describe así: “Es uno de los suyos. Un entrenador fácil de aceptar que puede aportar equilibrio. Pero debe dar resultados de inmediato”.

La situación de partida: se necesita un milagro

Pero ahí radica también un problema. La clasificación directa al Mundial ya está descartada, así que solo queda el arduo camino de los playoffs. Y aun ese exige un pequeño milagro futbolístico.

Suecia tendría que vencer en los próximos días tanto a Suiza como a Eslovenia, mientras que Kosovo no debería sumar ni un punto más. Suena casi como una tarea de los mundos mágicos de Astrid Lindgren.

Aun así, hay esperanza: gracias a la buena posición en la pasada Nations League, el equipo tiene un segundo salvavidas. Por esa clasificación, Suecia podría entrar a los playoffs como uno de los cuatro mejores equipos no ya clasificados por otra vía. Desde allí serían “solo” tres partidos más hasta el Mundial.

Pontus Kåmark define acertadamente esta puerta trasera como “nuestro billete de la suerte”, y así se siente. Si Graham Potter gana esos tres posibles partidos por venir, entonces, dice Kåmark con sequedad, “será un dios”.

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📸 PONTUS LUNDAHL

Ya solo vale un hechizo

Suecia tiene los jugadores. Tiene la calidad individual. Probablemente tenga incluso al entrenador capaz de unirlo todo. Lo que faltó hasta ahora fue estructura, equilibrio y un plan que se ajuste a esta plantilla.

Ahora la selección está en una encrucijada: Si vuelve a fracasar, la supuesta generación dorada de Isak, Gyökeres y Kulusevski corre el riesgo de perderse su Mundial en el mejor momento de sus carreras. En tres de las últimas cuatro fases finales, los escandinavos ya tuvieron que mirar desde sus sofás Jättebo en casa.

Para que ese escenario no se repita el próximo año, hace falta ahora un pequeño milagro futbolístico. Quién sabe: quizás en este punto ayude un hechizo de Potter.

Este artículo fue traducido al español por inteligencia artificial. Puedes leer la versión original en 🇩🇪 en este enlace.


📸 PONTUS LUNDAHL

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