Offsider
·13 de noviembre de 2024
In partnership with
Yahoo sportsOffsider
·13 de noviembre de 2024
Un renacido Carlos Alcaraz derrota (6-3/7-6) a Andrey Rublev para mantener intactas sus opciones de estar en las semifinales de las Nitto ATP Finals. El viernes, espera Zverev.
Carlos Alcaraz, acatarrado, sigue siendo Carlos Alcaraz. La esencia no se pierde. El talento se puede pulir, pero se tiene o no se tiene. Charli anda sobrado de ello. La magia emana de su raqueta como el agua fluye por el río. Incluso, cuando está enfermo. Tras cancelar el entrenamiento de ayer debido al fuerte constipado que arrastra desde que aterrizase en Turín, las alarmas se encendieron. El pánico aumentó. ¿Jugará o no jugará? Finalmente, lo hizo, vaya si lo hizo.
Después de un entrenamiento algo más normal esta mañana, Carlitos se presentó en el Inalpi Arena con algunas dudas en cuanto a su estado físico. No tardó en disipar esas incógnitas. Desde los primeros compases, se pudo ver mucho más dinámico al prodigio del Palmar. Sus movimientos eran otros. Sus golpeos, especialmente con la derecha, también. Por fin estaba disfrutando y riendo en la pista como solo él sabe hacer.
Esa mejoría quedó patente en el marcador en el séptimo juego del primer set. Charli restó y quebró. Ya estaba por delante. Viento a favor. Una vez puso la directa en el electrónico, no la soltó. Volvió a romper el saque del moscovita en el noveno juego, y con ello, se apuntó la primera manga. Ya llovía menos.
Lejos de venirse abajo, Rublev mantuvo el tipo en el segundo set. El pupilo de Fernando Vicente no iba a hacer las maletas sin antes luchar. Así fue. Puso dentro un 70% de primeros saques durante la segunda manga. Con ese porcentaje, en una pista rápida como la de Turín, tienes mucho terreno ganado. El problema para el ruso es que Carlitos no bajó el pistón. Seguía a lo suyo. Voleas, dejadas y golpes ganadores desde cada rincón de la cancha. A la espera de oportunidades al resto, el número 3 del mundo se tendría que conformar con sellar el triunfo en el desempate.
Alcaraz cierra el puño tras ganar un punto. Fuente: ATP.
En el primer tie-break de las ATP Finals, el español tuvo que salvar dos bolas de set en contra para seguir en la pomada. Lo hizo a lo grande. Tirando de galones a sus 21 años. El drama, lejos de terminar, continuó. Hasta el 8-8. En ese momento, Alcaraz sacó a relucir toda la casta que atesora para finiquitar la papeleta con un resto de otro planeta. El viernes, con las opciones de clasificación intactas, espera Zverev.