Fondo Segunda
·7 de febrero de 2022
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·7 de febrero de 2022
Los gatos persas son una de las principales razas de gatos más conocidas y anheladas por los amantes de esta especie. Por esta misma razón, su costo es elevado, así que comprar uno de ellos no es la mejor alternativa para algunos. Sin embargo, la Ponferradina ha logrado uno de los mejores que habitaban en el mercado. Llegado directamente desde el golfo pérsico, Amir Abedzadeh es un felino inigualable con una flexibilidad y elasticidad extraordinarias que le han llevado a ser escogido como uno de los mejores guardametas del planeta.
Esta raza de gatos posee hasta tres variantes: Himalayo, Chinchilla y Blanco. El color café de su piel, la capacidad de observación y la inteligencia que atesora bajo los palos, le convierten en una raza única. Esa que engloba lo mejor de cada especie. Su actuación en tierras oscenses, le ensalzan a los cielos del imperio persa donde tan sólo él puede atajar los lanzamientos más inverosímiles que hay sobre un terreno de juego.
El hecho de que los felinos de esta raza sean tan afables también hace que requieran ciertos cuidados especiales. Disfrutan con la compañía y con el contacto humano y, por lo tanto, acusan la soledad más que otras razas. Por ello Amir no puede vivir sin estar cerca de su red de nylon. Aquella que custodia y ampara como si se tratase de un guerrero de Alamut.
Las cuatro paradas bajo el cielo de ‘El Alcoraz’ no son mera casualidad. Sus incesantes actuaciones a lo ancho y largo de la temporada acaparan todos los carteles en la comarca de El Bierzo. En la primera parte, Amir mostró sus garras retráctiles para detener un potente disparo de Seoane desde la frontal. En la segunda ocasión, el iraní sacó a relucir su anatomía de mamífero cuadrúpedo para arrojarse al palo derecho y sacar sobre la línea de gol un testarazo inapelable de la delantera azulgrana.
En el segundo round, el gato persa continuó haciendo uso de las cualidades intrínsecas de felino. Primero utilizando sus patrones atigrados para abalanzarse sobre el esférico en una volea en el área pequeña que era medio gol. Y posteriormente, cuando parecía que no podía divertirse más con su ovillo de cuero favorito, avergonzó a carta cabal a la delantera aragonesa afilando sus uñas en un disparo a media altura de Lago Junior.
Fue aquí cuando Amir se dejó llevar por sus sentimientos y la pasión del momento. Sus aullidos, bufidos y ronroneos se transformaron en una sonrisa que esbozó con la pelota bajo sus garras en el frío césped oscense. Sus bigotes se elevaron sabedor de la demencial actuación que acababa de brindar a todo un estadio.
De entre todas las características de este gato destaca su carácter, aunque encontramos tremendas variaciones en función del ejemplar y de las experiencias que haya vivido a lo largo de su vida. Amir disfruta de la presión y eso es palpable. A lo largo de su carrera ha residido en gateras de Inglaterra, Estados Unidos, Irán, Portugal o España proporcionándole una sobriedad y plasticidad mayores que las de un gato de su fisionomía.
Y si se preguntan el por qué, creo que ya deberían saberlo. Es el elegido de entre los felinos. Porque La Ponferradina tiene la mascota más extraordinaria del mundo animal. No lo intenten adquirir. Amir, el gato persa, solo hay uno y es ese que ha caído de pie en la Ponfe, como no podía ser de otra manera.
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