Anderson, ex del United, condenado a prisión | OneFootball

Un tribunal ha ordenado la detención del exjugador del Manchester United por el impago de la pensión alimenticia de su hijo. Una cifra que supera el millón de reales y que le podría retener hasta 30 días en prisión

El que fuera galardonado con el Golden Boy en el año 2008, Anderson Oliveira, ha sido condenado a 30 días de prisión por un tribunal debido al impago de la pensión alimenticia de su hijo. La deuda supera el millón de reales (unos 162.000 euros) y la decisión fue tomada por el 6º Juzgado de Familia de Porto Alegre el pasado 3 de septiembre. En base al Código de Procedimiento Civil, el exjugador brasileño podría ser encarcelado una treintena de días en situación de régimen cerrado que se podría convertir en semiabierto si no hay plazas disponibles en el sistema penitenciario. Tanto el exjugador como su abogado no han querido hacer declaraciones al respecto.

Según informa la prensa brasileña, con el abono de la cantidad demandada se suspendería automáticamente la orden de arresto. No es la primera vez que Anderson incumple el pago de la manutención de sus hijos y hace unos años, también fue investigado por un delito fiscal en el que se le acusaba de lavar dinero usando criptomonedas. Estos problemas con la justicia son el resumen de una carrera que prometía mucho, pero que no acabó como se esperaba por su falta de profesionalidad.

Una carrera desaprovechada

Anderson comenzó a sobresalir con el Oporto en el año 2006, su buena temporada hizo que el Manchester United desembolsara por él 31,5 millones de euros, al año siguiente. El más caro de una camada de fichajes compuesta por Nani, Owen Hargreaves o Carlos Tévez y que sirvió para hacerse con la Champions en 2008. Tal fue la irrupción del centrocampista brasileño con Sir Alex que fue galardonado con el Golden Boy de 2008 imponiéndose a Theo Walcott y al Kun Agüero.

Anderson Oliveira posando con el Golden Boy.

Sin embargo, su falta de profesionalidad y sus problemas físicos acabaron lastrando su prometedora carrera. Rafael, uno de sus compañeros en el Manchester United, decía que estaba obsesionado con las hamburguesas y que no se cuidaba nada. Junto con Nani fueron «adoptados» por Cristiano Ronaldo en su casa cuando llegaron a Mánchester. «Por él podríamos habernos quedado allí. No gastamos nada. Nos llevaba a entrenar y nos daba de comer. Había piscina dentro y fuera de la casa, jacuzzi y pista de tenis», declaró en una entrevista.

Después de Mánchester, pasó por Fiorentina, Internacional, Coritiba y, por último, Adana Demirspor para colgar las botas a los 33 años. Una trayectoria corta en el fútbol de élite lastrada por una mala cabeza que ha acabado de la peor forma posible.