Arabia lanza 350 millones por Mbappé y recibe un no rotundo | OneFootball

La liga Saudi ha intentado seducir a la gran figura del club blanco. La respuesta, tanto del jugador como de la directiva, no deja lugar a dudas.

La nueva temporada arranca con un símbolo claro de liderazgo sobre el césped: el dorsal 10 en la camiseta de Kylian Mbappé. Tras conquistar el Pichichi y la Bota de Oro el curso pasado, su objetivo para esta campaña 2025-2026 no cambia: levantar todos los títulos en disputa.

Pero en las últimas horas, un interés procedente de la Roshn Saudi League ha irrumpido en la actualidad madridista. Según fuentes cercanas, una entidad saudí estaría dispuesta a presentar una oferta récord de 350 millones de euros. La cifra supera incluso la tentativa que en su día se hizo por Vinícius Jr., que rondó los 300 millones y ya parecía desproporcionada.

La postura del club blanco es firme. Florentino Pérez no contempla desprenderse de su futbolista insignia, al que considera pieza clave tanto en el plano deportivo como en el comercial. Perderlo supondría un golpe directo al proyecto y a la imagen global de la entidad.

Desde portales cercanos al vestuario se apunta a que el interés saudí responde a la ambición de reforzar su campeonato con figuras de renombre. El objetivo: consolidar su liga como un destino de élite, como ya ocurrió con Cristiano Ronaldo. Incluso se habla de un salario que rivalizaría con el del astro portugués, uno de los más altos jamás firmados en el deporte.

La negativa no parte solo del club. El propio Mbappé mantiene intacta su voluntad de continuar en el Santiago Bernabéu, competir en la élite y llegar en plena forma al Mundial del próximo año. A su juicio, marcharse ahora a Arabia Saudí le restaría competitividad para la cita más importante del calendario.

La afición ha reaccionado con orgullo y alivio. Orgullo, porque su estrella no se deja seducir por cifras astronómicas; alivio, porque la directiva no abre la puerta a negociación alguna. Muchos recuerdan sus palabras de presentación hace un año, cuando dejó claro que vestir de blanco era un sueño… y que un sueño, sencillamente, no tiene precio.