Un 10 Puro
·22 de septiembre de 2025
Balón de Oro 2025: Raphinha, Dembélé, Lamine Yamal y Salah los grandes favoritos

In partnership with
Yahoo sportsUn 10 Puro
·22 de septiembre de 2025
El Balón de Oro de este año llega con un abanico de candidatos que reflejan no solo el talento individual, sino también el peso de lo que han conseguido en clubes y selecciones. La carrera parece estar marcada por cuatro nombres que se han ganado el derecho a ser protagonistas de la conversación. Raphinha y Lamine Yamal representan la fuerza del Barcelona, Ousmane Dembélé ha firmado una campaña de reivindicación en el PSG y Mohamed Salah mantiene su estatus de estrella consagrada gracias a su implacable regularidad en Liverpool.
Cada uno ofrece un perfil distinto, pero todos han dejado huellas imborrables en la temporada pasada y han empezado la presente con estadísticas que avalan su candidatura.
El brasileño vivió su temporada consagratoria en el Barcelona. Su rendimiento en LaLiga lo llevó a ser elegido mejor jugador de la competición tras cerrar el curso con 18 goles y 9 asistencias en 36 encuentros. La contundencia de sus números se amplió en el cómputo general de la campaña, donde alcanzó la cifra de 34 goles y 25 asistencias en 57 partidos sumando todas las competiciones.
Raphinha celebrando su gol ante el Bayern MúnichDavid Ramos/Getty Images
Más allá de las estadísticas, lo que distingue a Raphinha es su capacidad para aparecer en noches grandes. Marcó un hat trick frente al Bayern Múnich en Champions, protagonizó clásicos en los que su huella fue determinante y en la semifinal ante el Inter anotó un gol que sostuvo las esperanzas culés hasta la prórroga. Esa combinación de regularidad y oportunismo en instantes de máxima presión lo consolidan como un serio aspirante al Balón de Oro.
La historia de Ousmane Dembélé en París es la de un jugador que parecía destinado a diluirse en promesas incumplidas, pero que recuperó el brillo con una temporada que rozó la perfección.
Con 33 goles y más de una decena de asistencias, el francés se convirtió en el motor ofensivo de un PSG que necesitaba volver a sentir que tenía un futbolista desequilibrante en cada tramo del campo. Dembélé no solo aportó cifras, también recuperó la confianza y la continuidad física que tantas veces lo habían apartado de la élite. Su desequilibrio, sus goles en partidos de liga que sostuvieron al equipo en la pelea y su capacidad para cargar con la responsabilidad en ausencia de otros referentes lo colocan hoy en el centro de la discusión.
Dembélé celebrando la Champions LeagueJustin Setterfield/Getty Images
La narrativa de redención también juega a su favor, ya que el fútbol valora a quienes vuelven tras caídas y se rehacen para llegar a la cima.
Apenas tiene 18 años, pero Lamine Yamal ya actúa como un veterano en las grandes citas. En la última temporada con el Barcelona acumuló 9 goles y 13 asistencias en liga, números que para cualquier debutante serían notables, pero que en su caso adquieren un valor mucho mayor al tratarse de un adolescente que recién comienza su carrera.
Lamine Yamal en la vuelta de semifinales de Champions League ante el InterMarco Luzzani/Getty Images
Pero su impacto va más allá de las cifras, porque en partidos de máxima rivalidad, como el clásico frente al Real Madrid, anotó un gol que lo convirtió en el jugador más joven en marcar en esa cita histórica. Lamine no es solo una promesa, es una realidad que ya condiciona defensas rivales y que carga con el peso de un club y una selección como si llevara una década en la élite.
Mohamed Salah no necesita presentaciones. El egipcio se ha convertido en sinónimo de constancia y su temporada pasada en Liverpool fue otra prueba de ello. Con 29 goles y 18 asistencias en la Premier League alcanzó un total de 47 participaciones de gol, igualando registros históricos en el campeonato inglés. Fue elegido mejor jugador de la liga y su influencia resultó decisiva para que los de Anfield levantaran el trofeo nacional.
Mohamed Salah celebrando su segundo título de Premier LeagueMichael Regan/Getty Images
Salah sigue marcando diferencias no solo por su olfato en el área, sino por su capacidad de asistir, de ser socio de todos en ataque y de mantener un estándar altísimo semana tras semana. Su peso en los partidos grandes, su condición de líder y la vigencia que conserva a los 33 años hacen que su candidatura no se base únicamente en un curso puntual, sino en una trayectoria de excelencia que todavía no muestra signos de agotamiento.
El escenario del Balón de Oro de este año está marcado por una mezcla fascinante de perfiles. Raphinha ha demostrado ser el hombre de los partidos grandes en un Barcelona que volvió a ser competitivo. Dembélé ha escrito un relato de resurgimiento que lo devuelve a la élite mundial. Lamine Yamal encarna la frescura de una nueva generación que ya compite con los más experimentados. Salah, por su parte, representa la constancia del que año tras año sostiene un nivel que parece inalterable.
La decisión final dependerá de cuánto pesen los títulos colectivos frente al brillo individual, pero lo que está claro es que estos cuatro nombres llegan con méritos suficientes para reclamar el trono.