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·7 de julio de 2024
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La ‘Canarinha’ pierde en los penaltis ante la Uruguay del ‘Loco’. Brasil no supo aprovechar la ventaja en el campo tras la expulsión de Nández.
Uruguay manda a Brasil a casa en los penaltis. La ‘Canarinha’ tuvo una actuación gris donde ni Rodrygo, ni Raphinha pudieron brillar. Endrick, la gran esperanza de la Penta, fue la sorpresa. Dinámico y atrevido, no pudo liderar a Brasil a las semifinales. La verdeamarela desaprovechó la expulsión de Nahitan Nández en el segundo tiempo para adelantarse en el marcador. Valverde lideró el ‘Bielsazo’ de Uruguay desde los once metros. Colombia espera en semifinales.
Las expectativas eran grandes. Una clásico sudamericano se daba cita en Las Vegas y no decepcionó. En el fútbol los amigos no existen cuando se trata de defender a una selección y viceversa. Valverde tuvo sus más y sus menos con Endrick y Rodrygo, mientras que Raphinha tuvo su ‘pelea personal’ con Araújo, que apenas duró media hora en el verde luego de lesionarse. En la Ciudad del pecado no había sitio para la amistad, una guerra por la semifinal esperaba para Uruguay y Brasil, hasta 40 faltas se llegaron a registrar entre uno y otro lado.
Fue la Celeste la que salió mejor. Las casas de apuestas le daban una ligera ventaja frente a la Canarinha con razón. Bielsa, un genio del fútbol moderno, puso contra las cuerdas a Brasil. Uruguay salió a ganar, presión adelantada para poner nervioso a Alisson, que poco a poco comenzaba a vislumbrar que esta noche tendría que clave. Brasil sufrió y resistió. El Darwin Núñez que tanto enamoró en esta Copa América se convirtió en ese jugador que el Liverpool tanto ha sufrido. Trabajador, sí, como el que más, pero sin puntería. Atropellaba allá por donde iba, lo intentó de todas las maneras posibles, la más clara un testarazo que, de no ser por el hombro de un zaguero, rozó la madera.
Quizá por la necesidad de reivindicarse, Brasil pecó de confianza. Nadia salió como se esperaba. Rodrygo se vio superado por una marcación especial, Nahitan Nández fue su sombra. Allá por donde el diez quería intervenir tuvo compañía. No era su noche. Mientras que el madridista se desesperaba, otro crack terminó por reivindicarse. La luz en la pesadilla uruguaya lo puso Endrick. En su primera titularidad, el nueve no decepcionó. Arrancó nervioso, sí, ser el reemplazo de Vinicius no era un trabajo fácil, pero a medida que pasaron los minutos el mejor Endrick salía en Las Vegas.
Incluso tuvo una oportunidad, de las más claras para Brasil, pero pecó en compañerismo. En vez de probar el disparo en un mano a mano con Rochet decidió probar el pase de la muerte para Raphinha. El público en el Allegiant Stadium se rindió al futuro crack del Santiago Bernabéu. Brasil le buscaba, su edad no fue problema para medirse con tres gigantes como Mathías Olivera, Araújo -hasta su lesión fue con el que más bregó- y ‘Josema’ Giménez. Rozando el intervalo, Raphinha asustó a Rochet en un mano a mano, pero decidió perdonar.
Uruguay apretó a Brasil, pero no mató. La tensión subía en Las Vegas, pero no así las ocasiones en cada área. El gol estaba lejos de uno y otro equipo, a pesar de que la Canarinha tuvo las más claras de todo el partido. Los charrúa dominaban el juego, Fede Valverde se hacía gigante en el medio, sometió él solo Paquetá y João Gomes. Cuando mejor parecía Uruguay, cuando todo hacía prever que la Celeste iba a ganar el duelo, la providencia asistió a la verdemarela con la expulsión de Nahitan Nández. Roja directa post revisión del VAR tras una entrada grotesca al tobillo de Rodrygo.
Pero ni con superioridad Brasil supo sacarle partido a su ventaja. Uruguay hizo ejercicio de paciencia y sufrimiento, pero aún así era mejor que su par. Bielsa hizo de su defensa un muro y de su centro de campo su batallón. La Canarinha intentó encontrar un resquicio imposible por el que colarse. Dorival metió mano a la alineación para colocar a Endrick, Savinho, Evanilson y Martinelli como sus delanteros. Fue en vano. Uruguay era un fortín inexpugnable. Sin balón era la máquina perfecta, incluso tirando de triquiñuelas para lograr llegar con vida a los penaltis. Y lo consiguió.
Valverde fue el encargado de quitarle presión a Uruguay con el primer tiro. La presión era para Brasil, que perdió desde el primer momento, fallo de Militão, la perspectiva del partido. Solamente el acierto de Alisson con Giménez devolvió una ligera esperanza a la Penta, dos tantos por detrás en el marcador tras el segundo error de Douglas Luiz. Ugarte terminó la pesadilla brasileña en el quinto y definitivo. Brasil se marcha de la Copa América con serias dudas. Dorival tiene trabajo por hacer.
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