MiBu Media Group
·8 de octubre de 2025
Boca solo piensa en Miguel Ángel Russo

In partnership with
Yahoo sportsMiBu Media Group
·8 de octubre de 2025
En Boca Juniors no se piensa en otra cosa que en Miguel Ángel Russo. Aunque el plantel y el cuerpo técnico retomaron los entrenamientos en el predio de Ezeiza con su habitual profesionalismo, el ambiente refleja tristeza y preocupación. El semblante cabizbajo de los jugadores deja en claro que la mente de todos está enfocada en la salud del entrenador, quien atraviesa una internación domiciliaria con pronóstico reservado.
La jornada del martes comenzó con trabajos en el gimnasio y luego continuó en una de las canchas auxiliares, pero el clima fue diferente. No hubo risas ni el entusiasmo habitual, solo concentración y respeto por el difícil momento que vive el técnico de 69 años. “No hay ánimos para nada en Ezeiza”, reconocieron desde el entorno del club, donde todos están pendientes de la evolución del experimentado entrenador.
El parte médico difundido por Boca el lunes sacudió al grupo, que siente un fuerte lazo con Russo desde su regreso al club. Bajo su liderazgo, el equipo encontró unidad y una identidad clara dentro del vestuario. Por eso, la noticia de su estado de salud fue un golpe anímico que unió aún más al plantel, decidido a acompañar al DT en esta etapa tan delicada.
En las últimas horas, los referentes del equipo, con Leandro Paredes a la cabeza, intentaron coordinar una visita a Russo para expresarle su apoyo. Sin embargo, por cuestiones médicas, la reunión no pudo concretarse. A pesar de ello, el contacto entre el entrenador y sus dirigidos se mantuvo constante a través de llamadas telefónicas y mensajes de aliento.
La delicada situación de Russo afecta de lleno al Mundo Boca, donde el sentimiento general es de preocupación, pero también de respeto y admiración. Dentro del vestuario todos recuerdan el mensaje que el técnico les transmitió antes de iniciar su tratamiento: “Sigan trabajando”. Esa frase se convirtió en un lema que el grupo adoptó con fuerza en estos días difíciles.
Así, pese al bajón emocional, el plantel continúa entrenando bajo esa consigna, fiel al espíritu que Russo inculcó desde su regreso al club. El cuerpo técnico mantiene las rutinas planificadas, mientras los jugadores intentan canalizar la angustia en compromiso y esfuerzo. La figura del entrenador, símbolo de lucha y resiliencia, se ha convertido en el motor que impulsa a Boca a seguir adelante, aun en medio de la incertidumbre.
En Ezeiza, todos coinciden en un mismo deseo: volver a ver a Miguel Ángel Russo al frente del equipo, con su temple sereno y su inconfundible voz guiando al grupo. Hasta entonces, cada entrenamiento será una muestra más del respeto, la unión y el cariño que el plantel siente por su líder.