Dosis Futbolera
·10 de septiembre de 2025
Cabreo de Raphinha y el Barça con Ancelotti

In partnership with
Yahoo sportsDosis Futbolera
·10 de septiembre de 2025
El extremo brasileño regresa a Barcelona reventado y con una indignación que refleja el absurdo de este parón de selecciones. Ni el resultado, ni el contexto, ni el trato recibido han tenido justificación alguna.
El FC Barcelona observa atónito cómo Raphinha ha sido maltratado por Carlo Ancelotti y la CBF. Mientras Vinícius Jr., Rodrygo y Éder Militao descansaban en Madrid como si nada, el delantero culé fue obligado a cruzar el Atlántico, acumular minutos intrascendentes y soportar condiciones extremas en La Paz. Un disparate que deja al jugador fatigado y al Barça nuevamente como víctima de la falta de peso político en los despachos.
La gestión de Ancelotti fue escandalosa. Con Brasil ya clasificada para el Mundial, decidió forzar a Raphinha en dos partidos que no servían absolutamente para nada. Lo lanzó al césped de Bolivia a más de 4.000 metros, con frío y ante un rival que recurrió a todas las artimañas posibles. ¿El motivo? Proteger su invicto personal como seleccionador. Egoísmo en estado puro.
El resultado fue la derrota (1-0) y la peor clasificación histórica de Brasil en unas eliminatorias. Pero lo más preocupante es el precio que pagó el jugador culé. Desgaste físico, cambio horario, viajes interminables y un riesgo innecesario de lesión. Todo, para nada.
El propio Raphinha explotó tras el partido. Criticó la altitud, denunció el penalti inventado y dejó claro que la Selección fue perjudicada por el arbitraje y el entorno hostil. “Eso complica aún más nuestro juego”, lanzó con evidente rabia. Un mensaje directo que destapa la frustración de toda la expedición.
Mientras tanto, Ancelotti se limitó a justificar lo ocurrido con frases vacías sobre el esfuerzo de los jugadores. El contraste es evidente: a los madridistas se les protege, al blaugrana se le exprime sin sentido.
El Barça paga la factura de un trato desigual y humillante. Y Raphinha, que dio la cara cuando otros se escondían, vuelve cansado, derrotado y, sobre todo, traicionado.