Fondo Segunda
·17 de octubre de 2025
Cádiz CF: el hambre de un grupo que quiere comerse la categoría

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·17 de octubre de 2025
Cuando las cosas no marchan bien, normalmente, no se debe únicamente a un solo factor. Culpabilizar o canalizar la responsabilidad apuntando directamente a alguien con el dedo no parece lo más adecuado. Tampoco en el caso contrario. No es el mérito o el buen hacer de uno solo o unos pocos el que hace que todo avance correctamente en un barco donde todas las partes deben remar en la misma dirección. Habrá quien asuma ciertas responsabilidades algo más peliagudas o cargue con un peso sensiblemente mayor, aunque colgar medallas individuales tiene poco sentido a la hora de analizar el funcionamiento de un proyecto o cuestión grupal.
En el caso de este Cádiz CF la manera de analizar la situación debe mirarse con la misma lupa. Debe estudiarse con los mismos instrumentos de medición. Porque en una temporada donde nos hemos acostumbrado a resaltar a protagonistas en solitario como es el caso de Tabatadze, Iker Recio, Ortuño o Víctor Aznar, entre otros, el liderato en la Segunda División no se entendería sin el buen funcionamiento de una plantilla trabajada a nivel grupal. Un proyecto colectivo sustentado en el orden, el esfuerzo y la ilusión. Pero sobre todo, el hambre.
Foto: Cádiz CF
El hambre de un equipo que se diseñó, prácticamente, durante el pasado mercado de verano gracias a una excelente actuación en la planificación de la plantilla. Hasta trece fichajes se realizaron, contando a los cedidos David García e Isaac Obeng. Una revolución casi total con la que se derrumbaron los viejos cimientos, para colocar en su lugar unas estructuras sólidas y firmes. Con un presente realmente ilusionante, y a la que le augura un futuro todavía mejor. De hecho, el último once titular planteado por Garitano ante el Huesca contó con una edad media de 25’9 años.
Un equipo joven, por tanto, el que ha ayudado al Cádiz a poner en práctica un ejercicio de lucha y superación para escalar hasta el pico más elevado de la Segunda División: el liderato. Un objetivo imposible que se ha tornado factible. El premio más merecido para el hambre de un grupo que quiere comerse la categoría.