Camavinga pasa a primer plano por la lesión de Tchouaméni | OneFootball

La lesión de Tchouaméni le deja un resquicio en el centro del campo, por lo que Camavinga regresa al candelero del Real Madrid

La actualidad del Real Madrid ha amanecido con otra lesión de calado. Y, de nuevo, afecta a una de las piedras angulares de la plantilla de Xabi Alonso: Aurelien Tchouaméni sufre una dolencia en el músculo semitendinoso de la pierna izquierda y estará tres semanas en el dique seco. Es por ello que Eduardo Camavinga entra en escena en este tramo de curso.

El mal fario ha borrado del mapa a un Tchouaméni que estaba cuajando partidos muy completos en la medular. Salvo giro copernicano, se perderá los encuentros ante Rayo Vallecano y Elche. Además, su presencia de cara al envite de Champions contra el Olympiakos se postula difícil.

El recambio, si nada cambia, será Camavinga. En El Clásico encandiló al personal, pero, en el choque de frente al Liverpool, volvió a las andadas. Ni rastro del gen competitivo que otrora acompañaba al centrocampista francés. Del mismo modo, tampoco dio el callo con el balón en los pies.

La baja de Aurelien coloca directamente a ‘Cama’ en el candelero. Pasa a primer plano. Tendrá que entonarse para que la ausencia de su compañero en la selección apenas se note. Una tarea ardua para el ‘6’ madridista, que en los últimas temporadas ha aparecido a cuentagotas por los terrenos de juegos a causa de los problemas físicos.

Camavinga, de menos a más con Xabi Alonso

Angel Martinez/Getty Images

El jugador de Les Bleus no debutó con Xabi hasta el pasado 20 de septiembre. Su incomparecencia por lesión le ha tenido en el diván durante muchos meses. Demasiado tiempo de barbecho. Ahora tiene por delante una oportunidad de oro para sanar heridas, ganarse la confianza del madridismo y tomar protagonismo en un mes de noviembre exigente.

Los blancos jugarán cinco encuentros consecutivos a domicilio (Rayo Vallecano, Elche, Olympiakos, Girona y Athletic Club), todo ello bajo la nebulosa de escepticismo que rodea al cuadro capitalino desde el pitido final en Anfield. Llega el turno de Camavinga. Debe magnificar el nivel cuanto antes.