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·8 de noviembre de 2025
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La victoria del Chelsea por 3-0 ante el Wolverhampton Wanderers en Stamford Bridge, un partido disputado en octubre de 2022, fue una clara declaración de intenciones bajo la recién estrenada dirección técnica de Graham Potter. Tras el cambio en el banquillo, el equipo Blue mostró una mejora sustancial en la fluidez de su juego y en la contundencia ofensiva, elementos que habían escaseado en las últimas jornadas. A pesar de que Potter alineó una formación con varias rotaciones, el once inicial funcionó como una maquinaria bien engrasada que demostró la profundidad de la plantilla.
El encuentro tardó en desbloquearse, con el Wolves mostrando una defensa organizada, a pesar de sus problemas de cara a gol. Sin embargo, la calidad individual del Chelsea acabó imponiéndose. El primer tanto, obra del joven Kai Havertz, llegó justo antes del descanso (en el tiempo de descuento de la primera mitad). Este gol psicológico fue crucial, ya que rompió la resistencia visitante y permitió al equipo local marcharse a los vestuarios con una ventaja anímica y en el marcador. Fue un aviso de que el ímpetu ofensivo del Chelsea no cesaría en la segunda parte.
La reanudación confirmó el dominio total de los londinenses. El segundo gol, a cargo de Christian Pulisic, llegó temprano en el segundo tiempo, consolidando la superioridad del Chelsea. El extremo estadounidense, aprovechando un gran pase, definió con frialdad y precisión, demostrando su calidad cuando se le da libertad en los metros finales. Este tanto fue el golpe de gracia para el Wolves, que vio cómo sus esperanzas de remontada se esfumaban ante un equipo local mucho más dinámico y efectivo.
El tercer y definitivo gol, marcado por Armando Broja cerca del final del partido, no solo selló la goleada, sino que fue un momento significativo para el joven delantero. Broja ingresó desde el banquillo y aprovechó la oportunidad para sumar su primer gol con la camiseta del Chelsea en un partido de liga, desatando la euforia en Stamford Bridge. Este gol final subrayó la capacidad del equipo de Potter para utilizar a sus suplentes y mantener un alto nivel de rendimiento a lo largo de los noventa minutos, algo clave para las ambiciones del club.
En resumen, el 3-0 fue una victoria contundente y merecida para el Chelsea, que no dejó lugar a dudas sobre la dirección positiva que había tomado el proyecto con Potter al mando. Para el Wolves, fue una jornada frustrante que evidenció su falta de pegada y sus dificultades defensivas fuera de casa. El Chelsea, con esta actuación, envió un mensaje claro a la Premier League: la crisis había quedado atrás y estaban listos para ascender en la tabla.
📸 Steve Bardens - 2025 Getty Images









































