Christian Rivera, un mes sin el faro rojiblanco | OneFootball

La ausencia de Rivera ha sido una travesía sin rumbo. El pivote gijonés ya entrena con sus compañeros y apunta al partido ante el Alcorcón.

La presencia de Christian durante los primeros partidos de temporada era más bien escasa, pero, tras una charla con Ramírez, el pivote gijonés dio un paso al frente y acabó convirtiéndose en un jugador fundamental para el esquema del técnico canario. Desafortunadamente, en un entreno después de la victoria en el derbi asturiano, tuvo un choque con Pablo García que le provocó una fisura trabecular del cóndilo femoral medial de la pierna izquierda, lesión que le mantuvo alejado de la dinámica del equipo durante un mes.

Ese mes que Rivera ha estado fuera ha sido muy complicado para el centro del campo rojiblanco. El «17» es un perfil único en la plantilla, aporta salida de balón y contención, básicamente, es el jugador que equilibra el juego vertiginoso del Real Sporting. Ramírez ha estado buscando en otros jugadores lo que aporta Christian, pero no ha acabado de dar con la tecla. El que mejor a rendido cubriendo su puesto es Nacho Martín, pero al joven pivote todavía se le nota alguna carencia defensiva.

La luz al final del túnel

Ramírez en la rueda de prensa previa a la visita al Levante dijo que Rivera ya entrenaba con sus compañeros, pero que se valoraría su presencia en la convocatoria. Finalmente no entró y se decidió ser precavidos para no volver a perderle. Desde el lunes, Christian entrena de manera parcial con el grupo, siempre con menos ritmo que sus compañeros. Poco a poco el ritmo de sus entrenos irá subiendo y el viernes, dependiendo de las sensaciones que tenga el jugador, se decidirá si podrá estar disponible contra el Alcorcón.

El regreso del pivote sería un salto de calidad para la sala de máquinas rojiblanca. Pero, al fin y al cabo, lo más importante es evitar la recaída. Rivera tiene que llegar al 100% a la recta final de la temporada. Cuando da su mejor versión el equipo va de la mano y las mejores fases de juego del equipo de Ramírez han sido con él en el campo. Sin duda, cuando está bien, es un jugador diferencial en la categoría y por eso hay que cuidarle.

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