IAM Noticias
·25 de noviembre de 2025
Con alma y corazón, Racing Club logró un agónico y heroico triunfo ante River Plate

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·25 de noviembre de 2025

Racing Club derrotó a River Plate 3-2, en el estadio Presidente Perón, en un partidazo por los octavos de final del Torneo Clausura. Ganaba La Academia, lo dio vuelta el Millonario y en el último minuto de descuento, en jugada a puro corazón, lo ganó el equipo del eufórico Gustavo Costas.
Si a un hincha de Racing le hubiesen preguntado, antes del partido, sin dudas hubiera elegido ganar de esta manera. Por más que haya sufrido bastante y se hubiese angustiado en algún momento. Porque fue la victoria ideal, la victoria soñada, la victoria pintada de épica. River Plate, por su parte, dio otra muestra de su floja actualidad, aunque en un breve lapso alcanzó algo de goce.
Un actitud y mentalidad avasallante evidenció La Academia apenas comenzó a rodar la pelota. Y a los 3 minutos ese envión anímico y futbolístico tuvo su temprana recompensa: Tomás Conechny por el medio del ataque optó, en vez de encarar o tocar a un compañero ubicado en esa zona, por abrir hacia la izquierda para Gabriel Rojas. Y el lateral izquierdo mandó el centro perfecto al corazón del área para el potente y demoledor cabezazo de Santiago Solari para el 1-0.
Ese gol no aplacó a Racing. Al contrario, lo incentivó y exacerbó más. Con una tremenda intensidad y determinación continuó arrinconando a River contra su área. A pura presión lo controló y le impidió encender su circuito de juego.
Tardó 25 minutos el equipo de Marcelo Gallardo en juntar pases y llegar con peligro al arco de enfrente. Y Facundo Cambeses tapó el remate de afuera de Sebastián Driussi y el cercano, tras el rebote, de Ignacio Fernández.
Salvo esa doble situación que salvó su arquero, Racing continuaba siendo superior. Sobre el final del primer tiempo estuvo cerca de aumentar con un frentazo de Tomás Conechny y luego con un tiro libre pateado por Agustín Almendra y resuelto con eficiencia por Franco Armani.
Con pelotazos y aceleraciones sin precisión arrancó el segundo tiempo. Racing seguía ofreciendo una imagen más sólida y River sin hallar el rumbo. Hasta que los tres cambios simultáneos introducidos por Gallardo cambiaron el panorama. Entraron Ian Subiabre, Juanfer Quintero y Giuliano Galoppo por el constantemente silbado por los hinchas locales (igual que Marcos Acuña) Maximiliano Salas, con un molestia física, el juvenil Thiago Acosta y Kevin Castaño.
En dos minutos, con participación directa de los ingresados, River consiguió lo que parecía imposible: dar vuelta el resultado y ponerse 2 a 1. Giuliano Galoppo controló y le dio el pase a Sebastián Driussi, en la punta izquierda, quien mandó el centro para el zurdazo goleador de Ian Subiabre, a los 16 minutos.
Y a los 18 minutos, Ian Subiabre desniveló por la izquierda y mandó el pase que Driussi alargó con un toque corto para Juanfer Quintero que sacó el zurdazo directo para el segundo festejo del Millonario.
Asimiló el golpe Racing y sacó a relucir todo su temperamento y amor propio. No se resignó y volvió a apuntar con decisión y también encontró la solución en el banco de suplentes. El ingresado Duván Vergara envió el pase en cortada para el pique y el remate de Adrián «Toto» Fernández, otro que entró, que pegó en Lucas Martínez Quarta antes de convertirse en el empate, a los 27 minutos.
La emoción y la incertidumbre por el resultado acompañó el lapso final del partidazo que ofrecía el único clásico de los octavos de final. Se jugaba descuento y se vislumbraba el alargue y quizás los penales. Pero el corazón académico tenía algo más y latió la epopeya.
Por la derecha atropellaron Gastón Martirena y Adrián «Maravilla» Martínez, los dos con gran fuerza, temple y confianza y tras el cabezazo en el travesaño del lateral derecho uruguayo el propio Martirena, con Martínez pegado al lado, empujó la pelota al gol. A lo guapo, a lo Racing.
En los cuartos de final, Racing enfrentará al ganador de Lanús-Tigre, que jugarán este miércoles. Si el rival es Lanús se jugará en La Fortaleza, si es Tigre se jugará en Avellaneda. Mientras dura la espera, La Academia sigue con un festejo que será inolvidable.









































