CRÓNICA. La locura del Metropolitano da la bienvenida a la Champions League | OneFootball

El partido arrancó con un despiste y un traspiés. El Leipzig se adelantó tras un error en el medio, pese al paradón de Oblak. Tocaba remontar nada más empezar, tras el tanto de Sesko. Un mal inicio podía condenar a los de Simeone, y veía como tenía que aparecer Reinildo de forma salvadora cuando se colaba Sesko en el área. Sufría muchísimo el Atlético cuando el Leipzig empezaba a meter gente por dentro. A partir de ahí empezó a carburar el Atlético, que sabía que quedaban muchos minutos en este debut de Champions ante el Leipzig.

Y al cuarto de hora, una triple ocasión inexplicable que no entraba. El empate se resistía, por medio de Riquelme en dos ocasiones y justo después Griezmann. Aumentaba la línea de presión el cuadro colchonero, con un Correa inspirado y que no supo aprovechar un robo en el borde del área rival. Su golpeo se fue a córner y a la salida del saque de esquina, el argentino remató en el primer palo, a la media vuelta, y el palo repelió la pelota. No entró, se quedó sobre la línea y salvó Gulacsi.

Apretaba el Atlético sobre la meta del Leipzig y apareció el rey de este equipo en la Champions League. Llorente llegó a línea de fondo, puso un centro perfecto y Griezmann, de volea, no falló y lo mandó al fondo de la red. Un golazo de los que acostumbra el de Maçon, para poner el empate. Un gol que dejaba todo abierto para el segundo tiempo, tras 45 minutos de muchísima intensidad.

Bienvenidos a las taquicardias del Metropolitano

El segundo tiempo fue muy diferente al primero. La intensidad bajó de forma drástica. La posesión pasó al lado colchonero y el Atlético dominó, buscando la portería de Gulacsi. Empezó además con una gran acción de Correa, que remató aunque sin suerte en busca del segundo tanto. Los del Cholo Simeone tenían claro que la remontada pasaba por la presión alta, que la estaban ejecutando de buena manera. Y en una de esas, pudo celebrar el segundo gol. Robó, Griezmann comandó y su disparo se marchó arriba. En un buen cuarto de hora, que se culminó con un triple cambio.

Hombre por hombre, dando paso a Lino, Gallagher y Sørloth. Unos cambios que parecían no ser efectivos. Y unos minutos después, movió posiciones de jugadores con la entrada de Nahuel. Con ello, Llorente avanzaba su posición para buscar con mayor ahínco la línea de fondo. Algo que no parecía, pese al buen inicio de segunda mitad. Es más, tuvo que aparecer Oblak con un gran paradón, tras un acercamiento de Xavi Simons por la derecha.

Entraba el partido en su recta final, con ocasiones para ambos equipos. Primero Poulsen con un cabezazo que hizo temblar el Metropolitano. Y justo después, aunque quedó invalidada por fuera de juego, Griezmann puso un cabezazo que obligar a Gulacsi. Apretaba la grada, que sabía de la importancia de empezar ganando, y respondía el Atlético. Empezaba a cercar la portería de Gulacsi.

Y cuando todo aparecía acabado, apareció el de siempre. Griezmann rebaño un balón en el área y a la media vuelta y con la diestra, puso un centro perfecto y Giménez, con el espíritu de todos los atléticos, voló para empalar un cabezazo inapelable. Un golazo para desatar la locura en el Metropolitano y empezar la edición de la Champions League de la mejor manera posible.

Sufrimiento hasta el final, ahora a descansar y a por La Liga.